«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

Un líder civil

29 de noviembre de 2023

En sus Reflexiones sobre Gandhi, George Orwell trata de explicar la razón de su método, la resistencia pasiva: «Él creía en la posibilidad de ‘despertar al mundo’, lo cual es posible siempre y cuando el mundo tenga la oportunidad de escuchar lo que estás haciendo (…) Sin una prensa libre y sin el derecho a la libre reunión, no sólo resulta imposible apelar a la opinión del exterior, sino también formar un movimiento de masas, o incluso dar a conocer tus intenciones al adversario».

La resistencia pasiva era lo que podía hacer un pueblo dócil como el hindú, pero dos eran las condiciones necesarias para que tuviera éxito: derecho de reunión y libertad de prensa, y eso, que era posible en una colonia británica, empieza a ser dudoso en una España que también degenera en colonia.

Aquí está bastante difícil ser Gandhi. A José Andrés Calderón, el organizador del Rosario en Ferraz, no se lo están poniendo fácil. Él es lo más parecido a un líder civil que tenemos. Es un hombre con convicciones, con un abrigo y con un megáfono. ¿Es necesario más? Se fue a rezar a los escalones de la Iglesia y primero le advirtieron, luego le identificaron, después le reconocieron y ahora le han multado. Diariamente solicita el permiso para la reunión, y por silencio se le venía concediendo hasta el lunes, día en el que sin cambiar las circunstancias decidieron prohibirlo.

Entonces, quince o más policías bajaron de sus lecheras, irrumpieron en el Rosario y uno, reconociendo su rostro, le comunicó que no estaba permitido. Alguien escuchó a ese policía hablar con su superior: «Comunica a los de arriba que no se va a rezar». La impresión de los presentes era que había una voluntad de acabar con el rezo. «El Santo Rosario funciona y el mal lo sabe», explicó Andrés en una entrevista. Se está identificando, multando y deteniendo por cosas como cruzar un semáforo… en verde. Sin indicio alguno de delito, no exagera quien habla de detenciones políticas.  

La prohibición gubernativa del Rosario, firmada por el delegado del gobierno con silencios de Almeida y Ayuso, ha tenido el efecto de animar a la gente. Ayer se llenó la esquina de orantes solidarios y Andrés recibió una multa de forma católica y señorial. Cabal y españolísimo, estrechó la mano del policía. Se vislumbró una forma nuestra de hacer las cosas.

Muchos se reirán del rezo, pero a falta de cócteles molotov es lo que hay. La reunión no está permitida y los medios, salvo dos o tres, lo callan, así que Andrés lo tiene difícil para ser Gandhi. Sin embargo, consigue contagiar con su megáfono y su ejemplo a los españoles que se saben solos. Hasta Suiza, que es neutral, nos chulea, y entre nosotros, muchos están encantados o en Babia. «Sólo nos salvará la intercesión de María», dice nuestro Líder, algo a la vez lleno de fe y estrictamente lógico.

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