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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Arturo García (San Vicente de la Barquera, 1991). Periodista. Me licencié en la Universidad Complutense. Aprendí de los buenos y ahora intento aplicarlo con mayor o menor acierto a otros ámbitos de la comunicación.
Arturo García (San Vicente de la Barquera, 1991). Periodista. Me licencié en la Universidad Complutense. Aprendí de los buenos y ahora intento aplicarlo con mayor o menor acierto a otros ámbitos de la comunicación.

No es por Vox, es por nuestra Democracia

11 de diciembre de 2015

El pluralismo político es uno de los valores sobre los que se sustenta nuestro ordenamiento jurídico. Para que exista, es necesario que todas las fuerzas políticas tengan la oportunidad de darse a conocer y explicar su programa electoral a la ciudadanía.

 

Desgraciadamente, en esta campaña electoral, no todos los partidos políticos están teniendo las mismas oportunidades de darse a conocer. Algunos partidos emergentes como Ciudadanos y Podemos, aupados por las encuestas y por el cariño de ciertos medios de comunicación, están disponiendo de mucho espacio para explicar sus propuestas. Otros, como UPyD y Vox, no están teniendo tanta suerte.

La estrategia de VOX está siendo clara. Sin cobertura de los medios de comunicación y sin financiación pública, la Ley D’Hont aparece como un obstáculo descomunal. Por ello su campaña, diseñada con mucha ilusión y pocos recursos, parecía tener un objetivo claro: conseguir 100.000 votos en Madrid. Un escaño para Santiago Abascal, una voz en el congreso para defender las ideas que ningún otro partido de ámbito nacional está dispuesto a defender.

Para conseguir este objetivo habían diseñado una acción de marketing de alto impacto. Un envío postal de 900.000 sobres con los puntos principales de su programa electoral.  Unos preciosos sobres que reproducen la bandera y el escudo nacional. Una forma de transmitir a su electorado que el amor a la Patria y la defensa de la Unidad de España son los valores principales sobre los que se sustenta su propuesta política. Todo financiado al 100% con el dinero de sus afiliados. Ni un solo euro procede del contribuyente.

Pues bien, la Junta Electoral Central ha paralizado el envío. El motivo alegado es el incumplimiento del artículo 46.5 de la LOREG que prohíbe “La utilización de la bandera de España en cualesquiera símbolos o siglas de partidos políticos”. La resolución también cita la Ley de Banderas que prohíbe la inclusión de siglas políticas en la Bandera de España

Y es que en España es legal que un partido político luzca en su logo la estelada o la bandera de la segunda república, pero no los colores de la enseña nacional. Nos puede gustar la Ley o no, pero es un Estado de Derecho y la Ley está para ser cumplida.

Pero es que VOX no ha incumplido la Ley. Ni los colores nacionales están en su verde, ni la palabra VOX está impresa en el sobre que contiene los colores nacionales. Un sobre en el que se deja claro que se trata de un envío de propaganda electoral y que, por lo tanto, no puede ser confundido con una comunicación del Estado.

Y como la resolución de la JEC no puede ignorar estos hechos, añade a su resolución una frase que no puede hacer otra cosa que escandalizar a cualquier persona que tenga una mínima formación jurídica:

“la utilización en los sobres de propaganda electoral del escudo y la bandera de España no resulta admisible, pues su vinculación con cualesquiera partidos políticos se encuentra prohibida implícitamente por los preceptos mencionados”

Una barbaridad. Un atropello. Un despropósito sin precedentes en nuestra historia democrática. No se puede realizar una interpretación restrictiva de un derecho fundamental. No se puede condenar a un partido político pequeño, con escasos recursos y sin repercusión mediática, al ostracismo aplicando una norma inexistente de forma absolutamente arbitraria.

Pero es que, además, el uso de los símbolos nacionales en la propaganda política es una constante en nuestra historia democrática. Todos recordamos el corazón con los colores de la bandera española, catalana y europea que Ciudadanos utilizó en su campaña #Mejorunidos. Y en esta misma campaña en la que estamos, hay anuncios del PP que utilizan la bandera nacional. Por no hablar de Pedro Sánchez y su mitin debajo de la bandera rojigualda. O del sobre con los colores verde y blanco que Susana Díaz mandó a los andaluces en las últimas elecciones autonómicas.

La interdicción de la arbitrariedad y el escrupuloso respeto a las normas es la base del Estado de Derecho. Y sin Estado de Derecho no hay democracia, por mucho que haya votaciones. Habrá a quién no le parezca bien que VOX envíe publicidad utilizando la bandera de España. También habrá quien piense que es desafortunado que partidos de izquierda exhiban los colores de la bandera republicana en su publicidad. Pero en un Estado de Derecho lo que no está prohibido, está permitido.

VOX recurrirá la resolución de la JEC. Esperemos que tenga éxito. Porque lo que está en juego no es que unas papeletas de un pequeño partido conservador lleguen a la ciudadanía. Lo que está en juego es nuestro Estado de Derecho y la calidad de nuestra democracia.

Es inaceptable que la JEC se salte las normas y decida que partidos pueden hacer publicidad y que partidos no. Nos jugamos mucho en esto. 

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