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Madrileña, licenciada en Derecho por la UCM. En la batalla cultural. Española por la gracia de Dios.
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Yolanda Superstar

9 de octubre de 2021

Yolanda Díaz ha dejado de ser la ministra aniñada, ingenua y entusiasta que daba saltitos de un lado a otro mientras explicaba los ERTE pandémicos junto a un Escrivá -el de la experiencia- entre perplejo y avergonzado por las extemporáneas muestras de felicidad en tiempos tan dramáticos como aquellos.

En poco más de un año y gracias a la salida de Iglesias del Gobierno, Díaz se ha empoderado a base de bien, se ha creído su salvífico papel y se ha situado en primera línea. No está muy claro si se ha empoderado ella sola o le han empoderado para aparentar una consistencia que no tiene, pero es un hecho que ahora mismo Yolanda está de moda.

En las últimas semanas he leído algunos artículos sobre ella en los grandes medios de comunicación que me han sonrojado incluso a mí. Nadie recuerda el caos del SEPE ni los ERTE no tramitados ni las prestaciones duplicadas. Minucias de fachas rencorosos. Ha ganado la imagen sobre los hechos objetivos. Ahora es Yolanda superstar: “habla suave, mira y sonríe cautivadora, toca a su interlocutor… Y convence. Marx estaría orgulloso de la ministra estrella”. Si soy sincera nada me apetece menos que tener de vicepresidente a una señora de la cual Marx estuviera orgulloso, si es que esto pudiera ser verdad que no lo creo. Díaz ha seducido incluso a Pérez-Reverte que la ha calificado como “muy interesante en todos los sentidos”. Me temo que Arturo no sufrió su gestión y me alegro muchísimo por él. No todo el mundo puede decir lo mismo.

Lo más gracioso de esto es que la muy empoderada y muy feminista Yolanda utiliza las armas de mujer más tradicionales para ganarse al personal. Donde algunos ven una fortaleza, yo percibo una impostura que me produce una mezcla de vergüenza ajena y carcajada. “Y es que lo suyo es amor. Ella lo sabe y por eso sonríe todavía más. Incluso se atrevió a hablar, hace unos días, en el cierre de la fiesta del PCE, de un proyecto de país que tuviera <<en el centro de la actuación, el amor>>. Sentada en la larga mesa del Ministerio recuerda cómo fue capaz de apostar, delante de miles de comunistas de todo el país, no por la revolución ni por el cambio o la transformación, sino sólo por el amor”. Señor, qué insoportable cursilería.

Yolanda y su muy comunista sensibilidad lo han cambiado todo. Si para la presentación de los presupuestos para 2021 Iglesias y Sánchez se hicieron una foto con el documento en la mano al más puro estilo Benito y compañía –los de Manos a la obra- enseñando la escritura de constitución de la SL, este año se ha optado por un idílico paseo por los jardines monclovitas más parecido a una escena de Sentido y sensibilidad emulando a Emma Thompson y Hugh Grant. Presioso, como la ley de vivienda, que diría María Jesús Montero.  Con vestido blanco y vaporoso ella y los modos de Tony Manero del sigo XXI él. Lo de Sánchez no tiene arreglo, jamás dejará de aparentar lo que es, un macarra.

Yolanda Díaz es la nueva madre de los descamisados, la aspirante a Yolandita Perón. La vicepresidente segunda es ya una marca que trasciende a Podemos y prepara su propio proyecto. Ya lo avisamos en estas páginas, nunca le han preocupado lo más mínimo Ione, Irene y Lilith, el trío nananá. Sin ir más lejos, no ha acudido a cosas de niños como la Uni de Podemos que se perpetra estos días en Rivas. Eso le queda pequeño. Siempre ha sabido que, llegado el momento apropiado, se las comería con patatas para competir en un duelo de egos sin precedentes con Sánchez por la hegemonía de la izquierda. Ríanse de Iglesias. Yolanda, ha nacido -han creado- una estrella.

Yolanda Superstar, fondo -al menos buen fondo- no tiene. Preparación para lo que se trae entre manos, que no dejan de ser las cosas de comer, tampoco tiene; pero es como el bobo que habla cinco idiomas y, por lo tanto, es capaz de decir estupideces en distintas lenguas. Yolanda y sus distintos registros, pseudopija, comunista amorosa, la de la matria como solución a nuestros males, mitinera emocional y mujer capaz de hacer un pacto con la esperanza, no deja de ser otro líder de corchopán en cualquiera de sus versiones.

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