La revista Forbes ha publicado, como cada año, su lista de mujeres influyentes. Se trata un grupo de «fundadoras, líderes empresariales y políticas, científicas y vanguardistas que están marcando el camino en toda Europa, Oriente Medio y África». Agrupadas en un listado de 50 mujeres «poderosas», Forbes ha incluido sorprendentemente a una monja: sor Nathalie Becquart.
De sor Nathalie la revista destaca que «ha ascendido a través de rangos anteriormente inimaginables en un mundo conocido por ser inaccesible para las mujeres en la jerarquía del Vaticano». No en vano desde hace tiempo esta monja ha cobrado un papel protagonista en San Pedro, donde ocupa el puesto de subsecretaria del Secretariado General del Sínodo de los Obispos.
La lista de mujeres influyentes, de hecho, recoge cómo «a principios de 2021, el Papa Francisco nombró a la hermana religiosa católica francesa como Subsecretaria del Sínodo de los Obispos, otorgándole el derecho a votar en el Sínodo de los Obispos católicos, convirtiéndose así en la primera mujer en hacerlo desde su fundación en 1965″.
Nacida en Francia, esta hermana del Instituto religioso Congregación de Xavières estudió administración en HEC Paris, una de las universidades más prestigiosas del país. Tras graduarse en teología, la hermana Nathalie fue la primera mujer en dirigir el Servicio Nacional para la Evangelización Juvenil y las Vocaciones de la Conferencia Episcopal Francesa. En 2019 dio el salto a Roma como consultora de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos.
En Roma ha sido bien recibida, y sor Becquart se muestra muy agradecida con el Papa Francisco. No niega, sin embargo, que algunos obispos comprendieran con dificultad el creciente protagonismo de esta religiosa entre los muros del Vaticano. En una entrevista con The New York Times reveló cómo un obispo anciano le preguntó en una reunión «¿De quién eres secretaria?», a lo que ella tuvo que aclarar: «No, no soy secretaria, soy la directora de la oficina nacional».
Para navegar en las aguas de la Iglesia, algunas veces turbulentas, la hermana Nathalie se sirve de su pericia en el mar. Capitán de barco, hace meses reconoció que sus horas de navegación han sido una «escuela de vida» donde forjar el liderazgo. Y precisamente en el mar encontró un aliado para evangelizar entre los más jóvenes, entre retiros y cursos de navegación.
Abriendo camino en la Iglesia, la religiosa francesa es amiga del Papa Francisco y una de las mujeres con mayor presencia en Roma. No en vano, desde su posición como subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo favoreció que el Papa Francisco que otras 54 mujeres y laicos pudieran participar en el Sínodo de la Sinodalidad. Un hito en la Iglesia que ahora recoge la lista de Forbes, que reconoce la labor de esta colaboradora del Papa.