Los Mossos continĆŗan del lado nacionalista y TV3 adoctrina a los mĆ”s pequeƱos en el odio a EspaƱa. ĀæQuĆ© ha cambiado tras el 155?
Mariano Rajoy driblĆ³ hasta que se hizo inevitable la activaciĆ³n del artĆculo 155 de la ConstituciĆ³n. El presidente del Gobierno tratĆ³ de pactar con los nacionalistas, incluso ofreciĆ³ la amnistĆa polĆtica a Puigdemont y sus secuaces, pero finalmente se vio obligado a cumplir la ley. Se anunciĆ³ un 155 blando, gracias a la hĆ”bil mediaciĆ³n en clave electoral de Miquel Iceta, y Ć³rganos clave como TV3 quedaron en manos de los separatistas.
Quince dĆas despuĆ©s, Āæha cambiado algo en la regiĆ³n? Pepe GarcĆa-Saavedra realiza un preciso anĆ”lisis de la situaciĆ³n en CataluƱa: la intervenciĆ³n de las cuentas pĆŗblicas fue anterior a la aplicaciĆ³n del 155, el control de los Mossos estĆ” en manos de Ferran LĆ³pez, nĆŗmero dos de Trapero, y TV3 continĆŗa bajo el control de los nacionalistas.
Dos semanas desde el artĆculo 155: ĀæQuĆ© ha cambiado en CataluƱa?
La inacciĆ³n de los Mossos es total. Las imĆ”genes de la huelga general de la pasada semana no dejan lugar a las dudas. La pasividad del Cuerpo autonĆ³mico ante los piquetes fue aplaudida por el Ejecutivo. Al dĆa siguiente de los hechos, el ministro del Interior calificĆ³ la labor policial como una actuaciĆ³n āproporcionalā, sin caer en provocaciones āde los radicalesā.
Las cosas en TV3 estĆ”n exactamente igual que antes de la aplicaciĆ³n del artĆculo 155: adoctrinamiento infantil, promociĆ³n del odio a EspaƱa y difusiĆ³n en exclusiva del relato separatista. SĆ³lo hay una salvedad, que ya no rotulan a Puigdemont como presidente, sino por su nombre.
‘Yo estoy fuerte’
Rajoy no es un hombre de grandes titulares, pero el gallego -fiel a su origen- sabe despachar las preguntas mĆ”s perniciosas con cierta soltura. Al ser interpelado sobre la posibilidad de presentarse a la reelecciĆ³n, el presidente del Gobierno se limitĆ³ a responder con una media sonrisa: Ā«Yo estoy fuerteĀ».
El cĆrculo cercano al popular saliĆ³ a celebrar la noticia y MartĆnez-MaĆllo publicĆ³ en redes sociales los Ā«logrosĀ» del actual presidente. Sin embargo, otros no parecĆan tan felices con la noticia. JosĆ© MarĆa Aznar aseguraba que no reconocĆa a su formaciĆ³n y pedĆa a Rajoy que no cumpliera con un tercer mandato.
Aznar no reconoce al PP actual y pide a Rajoy que no cumpla un tercer mandato
āEl PP se refunda en el aƱo 90, y ahora tengo que hacer esfuerzos para reconocerloā, sentenciĆ³.
Merkel y la poblaciĆ³n de sustituciĆ³n
ĀæRecuerdan cuando Viktor OrbĆ”n advertĆa sobre las intenciones de parte de las Ć©lites mundiales con respecto a los denominados refugiados? El primer ministro hĆŗngaro pidiĆ³ auxilio para los verdaderos exiliados por la guerra y denunciĆ³ que la mayor parte de los reciĆ©n llegados a Europa no huĆan de ningĆŗn conflicto. La opiniĆ³n pĆŗblica y los principales lĆderes europeos pusieron el grito en el cielo y denunciaron la Ā«xenofobiaĀ» de los paĆses de Visegrado.
Dos aƱos y medio despuĆ©s la realidad es bien diferente. Europa sigue el sendero marcado en la agenda polĆtica internacional que da validez al concepto de poblaciĆ³n de sustituciĆ³n. Angela Merkel estĆ” dispuesta a activar la reunificaciĆ³n de refugiados en el paĆs. El derecho de asilo ampara esta posibilidad, pero actualmente se encuentra suspendida hasta marzo de 2018, pues mĆ”s de un millĆ³n de refugiados han ingresado al paĆs y esta cifra irĆ” en aumento.
Merkel y la poblaciĆ³n de sustituciĆ³n: apoyarĆ” la reunificaciĆ³n de refugiados
Conviene diferenciar entre refugiados de guerra y migrantes econĆ³micos. Los grandes empresarios aprovecharon la crisis migratoria y la situaciĆ³n en Oriente Medio para auspiciar la llegada de estos Ćŗltimos con el foco puesto en una bajada salarial gracias a la entrada en las principales potencias europeas de mano de obra mĆ”s econĆ³mica que la local.
Las autoridades alemanas han admitido que no se han producido los controles necesarios en los reciĆ©n llegados, pero Merkel estĆ” dispuesta a dar luz verde a la reunificaciĆ³n de miles de personas que han entrado en la UniĆ³n Europea sin los controles pertinentes y sin comprobar si procedĆan de zonas en conflicto. ĀæHasta cuĆ”ndo, Europa?
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