Su nombre es Federico Sboarina, uno de los pocos políticos que se ha atrevido a plantar cara al lobby LGTB, desde donde se pretende introducir los postulados de la ideología de género en las escuelas con el fin de adoctrinar a los más pequeños.
El pasado 25 de junio, Federico Sboarina, candidato independiente promovido por siete partidos -entre ellos Forza Italia y Liga Norte-, consiguió el 58,11% de los votos en la segunda vuelta. Nada más ser nombrado alcalde de Verona, este abogado de 46 años dio la orden de retirar de las escuelas, guarderías y bibliotecas públicas todo el material propagandístico de la ideología de género.
Sboarina cumplía así con uno de sus puntos más destacados de su programa electoral, que hace referencia a la Familia. Tal y como recoge Religión en Libertad, dentro de este apartado, el alcalde de Verona defendía la “oposición a la difusión de la ideología de género en las escuelas, mediante propuestas educativas desarrolladas en colaboración con las asociaciones de familias, con la finalidad de promover el respeto a la dignidad masculina y femenina sin menoscabar sus valiosas diferencias naturales”.
Asimismo, Sboarina exigía la “retirada de las bibliotecas y de las escuelas municipales y concertadas (incluidas guarderías) de libros y publicaciones que promueven la equiparación de la familia natural con las uniones del mismo sexo, e interrupción de las iniciativas que promueven indirectamente este mismo objetivo”.
Entre estos libros, se encuentra por ejemplo el célebre «Con Tango son tres», un libro que cuenta la historia de dos pingüinos machos que junto cuidan de un huevo y forman «una familia». Sboarina ha defendido que, a pesar de que este tipo de cuentos no tienen mucha demanda, dejarán de ser financiados con dinero público para su distribución oficial.
También se comprometía a «rechazar toda iniciativa (deliberaciones, mociones, órdenes del día, recogida de firmas, orgullo gay, etc.) contraria a los valores de la vida, de la familia natural o de la primacía del derecho de los padres a educar a sus hijos según sus principios morales y religiosos”.
Cabe destacar que el programa de Sboarina se opone al de su predecesor, Flavio Tosi, que en los últimos años se había plegado ante las exigencias del lobby gay.
‘Combate la campaña de imposición ideológica’
Según ha informado el diario anteriormente citado, organizaciones como la Asociación Italiana de Editores, la Asociación Italiana de Bibliotecas y la International Publishers Association ha pedido al nuevo alcalde de la ciudad italiana que reconsidere su decisión.
Desde Arcigay, una de las principales organizaciones LGTB de Italia se ha atacado a Sboarina por haber permitido «una hoguera de libros», mientras que los defensores de la medida aseguran que la decisión del alcalde «combate la campaña de imposición ideológica bien organizada y subvencionada».
‘Nos han votado para frenar esta deriva antropológica’
Desde el Ayuntamiento, el consejero Alberto Zelger -que se distanció de Flavio Tosi por su apoyo al lobby LGTB-, ha explicado que estos tipos de libros dejarán de ser lectura escolar obligatoria y no se verán privilegiados dentro de las bibliotecas infantiles. «Nos han votado para frenar esta deriva antropológica», ha defendido.