El 80% de las mezquitas en las que predica el salafismo y se llama a la aniquilación de todos los considerados «infieles» en España están en Cataluña.
Cataluña se ha convertido en el epicentro del salafismo en Europa, así lo corroboran los datos recogidos por las fuerzas y cuerpos de seguridad. La alta inmigración hace de esta región un imán para reclutar terroristas.
En España, hay 98 mezquitas en las que predica el salafismo, defensor de la aplicación rigurosa del Corán, y se llama a la aniquilación de todos los considerados «infieles». De estas 98, el 80% están en Cataluña, que, sin duda, es el territorio más islamizado de nuestro país -y dónde se llevan a cabo la mayor parte de las intervenciones policiales antiyihadismo-. La región se ha convertido en un centro muy activo del fenómeno salafista -los eventos más importantes de Europa se celebran aquí-.
En esta comunidad hay más de 500.000 musulmanes censados y más de 250 mezquitas -muchas adscritas a entidades como Justicia y Caridad, cuyos ideales chocan de frente con los valores de la civilización occidental-. Los templos no son los tradicionales y las fuerzas de seguridad se encuentran en dificultades para controlarlos porque en ocasiones se esconden en viviendas o naves comerciales.
En estas mezquitas se persigue la «purificación» del musulmán y la aplicación de la Sharia, y predican peligrosos imanes, como el de Ripoll (Gerona), Abdelbaki Es Satty, investigado por su presunta vinculación con los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils (Tarragona) del pasado jueves y que se saldó con al menos 14 muertos y 120 heridos.
Es Satty, que salió de la cárcel de Castellón el 5 de enero de 2012 tras ser encarcelado por una infracción de la ley de Extranjería y que había tenido relación con un implicado en investigaciones sobre los atentados de Madrid el 11 de marzo de 2004, es según la hipótesis que manejan los Mossos la persona que radicalizó a los demás miembros de la célula terrorista. Este grupo preparaba de forma «inminente» uno o varios atentados» en la capital catalana con explosivos para hacer «bastante más daño», según fuentes de la investigación.
Pero no es el único imán radicalizado que predica con impunidad.
En mayo de 2016, el Centro Cultural Islámico de Cornellà permitió que un imán procedente de Arabia Saudí pronunciase un sermón. Fue Saleh Al Moghamsy, de 53 años, y cuyo nombre se vio envuelto en la polémica después de que en 2012 defendiese al líder de Al Qaeda Osama Bin Laden. «Toma como ejemplo la muerte de Osama Bin Laden, que Alá tenga piedad de él. El hecho de la muerte de un musulmán le da a él la santidad y el honor reservado a los musulmanes», defendió tras la muerte del terrorista.
Respaldo saudí y qatarí
Cabe señalar que Arabia Saudí y Qatar, que rigen muchos aspectos sociales por la Sharia, la ley islámica que llama a someter a la mujer, castiga la blasfemia o la homosexualidad con pena de muerte y el adulterio con la muerte por lapidación, destinan miles de millones al año a difundir el Islam por todo el mundo.
Los saudíes destinan 8.000 millones al año para la construcción de mezquitas o la formación de clérigos. En nuestro país, financió con 12 millones de euros la mezquita de la M-30. Qatar, que financia al F.C.Barcelona y tiene el mismo modelo ideológico, ya anunció su deseo de edificar una gran mezquita precisamente en la Ciudad Condal.
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La célula terrorista preparaba varios atentados con explosivos en Barcelona