«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El País y su plan

Rescate en el mediterráneo | LA GACETA

La portada de este sábado del diario El País confirmaba lo que desde La Gaceta llevamos mucho tiempo denunciando: que las élites europeas han renunciado a una solución lógica para el grave problema de natalidad que asola el Viejo Continente para apostar por una más eficaz -y más barata para ellos, sobre todo- alternativa.
Inmigración masiva, dicen, para pagar las pensiones. Imaginen ahora las sirenas esas que suenan cuando hay una alerta nuclear… son las mismas que activan en las cabezas de quienes saben qué hay detrás de esa propuesta: mano de obra barata, una nueva generación de trabajadores que se contentará con mucho menos de lo que exigen ahora las generaciones europeas. «Posiblemente no haya habido un fenómeno de mayor trascendencia para el futuro de los europeos desde la caída del muro de Berlín, que la política de puertas abiertas a los supuestos refugiados, adoptada gracias a Angela Merkel desde 2015», señala en nuestro tema de apertura el analista Rafael Bardají .

El coste de la emigración extranjera: lo que no se quiere decir (ni oír)


Explica que una inmigración netamente ventajosa es aquella en la que los inmigrantes desempeñan actividades económicas de nivel mayor que la media española, o trabajan en empleos que los españoles no cubren; no generan conflictividad social o delincuencia en proporciones mayores que los propios españoles; se asimila e integra con normalidad en la vida social, económica y política española; presenta un balance fiscal positivo con el Estado y tiene un nivel cultural similar o superior a la media de España. Esa inmigración sí contribuiría a pagar las pensiones pero… ¿es la que se da en España? Otra cosa es que España, como país privilegiado en comparación con la realidad que viven millones de personas en el mundo, tenga el deber de socorrer, amparar y recibir a cuantos necesitados pueda. A cuantos pueda… Y aquí está la clave. Los políticos saben la diferencia y nos atrevemos a asegurar que en la dirección de El País también. Pero quieren colar un mensaje. Gato por liebre, en el clarificador refranero popular. Hay que preguntarse por qué.
Podemos y el Rey
Antes de despedirnos, les contamos la última salida de tono de los representantes de la izquierda rancia de nuestra querida España. Los responsables de Podemos, esos que pagan en B a sus asistentes personales, que viajan hasta Nueva Zelanda y que celebran mariscadas de trabajo, esos mismos, han cargado contra el rey Felipe VI por estar esquiando el mismo día que miles de manifestantes salían a las calles de Madrid a reclamar pensiones dignas .

La demagogia de Podemos con Felipe VI: mariscadas y viajes millonarios


Claro, todos sabemos que, de no haber estado esquiando, el rey podría haberse colocado a la cabecera de la manifestación para gritar proclamas contra el Gobierno legítimo que ocupa la Moncloa. Sí, todos nos imaginamos al rey coreando eso de «Mariano, Mariano, Mariano Cornelone». Pero, en fin, las mariscadas y los viajes de lujo sólo le están permitidos a la izquierdita tuitera que igual se va de fiesta que manda mensajes contra la injusticia social.

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