«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Papa Francisco aboga por la coexistencia de dos Estados en Tierra Santa

El Papa Francisco en San Pedro del Vaticano

El Papa Francisco ha reflexionado sobre el conflicto israelí-palestino, ligeramente agravado por la decisión de Trump de trasladar la embajada a Jerusalén


En la reflexión previa a la bendición Urbi et Orbi, su Santidad Francisco ha repasado los grandes conflictos que hogaño asuelan el mundo. En este sentido, el Pontífice ha hecho hincapié en la tensión existente entre israelíes y palestinos; una tensión que parece haber agravado – ligeramente, eso sí – la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital del Estado hebreo.
Ante las más de 50.000 personas que llenaban la Plaza de San Pedro, el Santo Padre, que ya se mostró proclive a mantener el statu quo de Jerusalén, ha pedido paz para Tierra Santa: ‘En este día de fiesta, invoquemos al Señor pidiendo la paz para Jerusalén y para toda la Tierra Santa; recemos para que entre las partes implicadas prevalezca la voluntad de diálogo; y para que se pueda finalmente alcanzar una solución negociada que permita la coexistencia pacífica de dos Estados dentro de unas fronteras acordadas entre ellos y reconocidas a nivel internacional’.
En este sentido, el Papa Francisco también ha alabado la actitud exhibida por las organizaciones supranacionales en la cuita entre hebreos y árabes: ‘Pidamos por que el Señor sostenga también el esfuerzo de todos aquellos miembros de la comunidad internacional que, movidos por la buena voluntad, desean ayudar a esa tierra martirizada a encontrar, a pesar de los obstáculos, la armonía, la justicia y la seguridad que anhelan desde hace tanto tiempo’.
Asimismo, el Santo Padre ha abundado en el drama de la crisis de refugiados, que es uno de esos temas que trata con asiduidad: ‘Tantos menores obligados a abandonar sus países, a viajar solos en condiciones inhumanas y siendo fácil presa para los traficantes de personas (…) En sus ojos vemos el drama de tantos emigrantes forzosos que arriesgan incluso sus vidas para emprender viajes agotadores que muchas veces terminan en una tragedia’.
Por su parte, respecto a Venezuela – una materia en la que el Papa no ha adoptado una postura tan contundente como la que algunos demandaban –, ha abogado por el diálogo entre las partes: ‘Se debe retomar un diálogo sereno entre los diversos componentes sociales por el bien de todo el querido pueblo venezolano’.

Navidad en tiempos conflictivos

El Papa Francisco, en esta línea, ha invitado a los creyentes a recuperar el verdadero sentido de la Navidad en un contexto de guerras y de un sistema social degradante. ‘Mientras el mundo se ve azotado por vientos de guerra y un modelo de desarrollo ya caduco que sigue provocando degradación humana, social y ambiental, la Navidad nos invita a recordar la señal del Niño y a que los reconozcamos en los rostros de los niños, especialmente en los de aquellos que, como Jesús, no tienen sitio en la posada’.
Asimismo, el Sumo Pontífice no ha desperdiciado la oportunidad de recordar las graves injusticias provocadas por ese sistema al que ha criticado con reiteración y causticidad: ‘Recordemos a los niños cuyos padres no tienen trabajo y que con gran esfuerzo tratan ofrecerles un futuro seguro y pacífico (…) Recordemos también a aquéllos cuya infancia fue robada y fueron obligados a trabajar desde una edad temprana o alistados como soldados por mercenarios sin escrúpulos’.
Para concluir, su Santidad nos ha impelido a abrazar el amor que Dios nos ofrece y a edificar un mundo más justo y verdadero: ‘Acojamos en el Niño Jesús el amor de Dios hecho hombre por nosotros, y esforcémonos, con su gracia, para hacer que nuestro mundo sea más humano, más digno de los niños de hoy y de mañana’.

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