El Partido Popular tiene más hombres -tantos que suman mayoría absoluta- y, sobre todo, tiene poco que perder. Y no hay enemigo más peligroso que el desesperado.
Un derrotado Partido Popular espera en el Senado al enemigo que lo arrasó en el Congreso. Y, ya lo decía Sun Tzu en El arte de la guerra: “El que llega primero al campo de batalla espera fresco la llegada del enemigo para combatir. Quien llega tarde al campo de batalla tiene que apresurarse y llega exhausto al combate”. Y al Senado el que llega tarde es el PSOE: el Partido Popular tiene más hombres -tantos que suman mayoría absoluta- y, sobre todo, tiene poco que perder. No hay enemigo más peligroso que el desesperado, así que el PSOE se las ve ahora con un PP que, sin miedo a reconocer que tenía las manos atadas por el PNV -hoy, el traidor PNV-, se prepara para lanzar enmiendas como cañonazos a una bancada socialista que todavía trata de rearmar a los suyos tras una aplastante pero quizá inesperada derrota.
Según fuentes del Partido Popular, que se reúne este martes para analizar el estado de sus tropas, el equipo de Gobierno de Rajoy da por roto el pacto por el que logró sacar adelante las cuentas públicas y está ahora dispuesto a dar la razón al enemigo: “Como son unos PGE ideológicos, según Pedro Sánchez, ahora nos sentimos libres para introducir enmiendas que los hagan todavía más ideológicos», dicen desde la dirección nacional. Avisan de una oposición “sin piedad”. Y es normal. Pero no se les debe olvidar otra máxima del general chino: «Un gobernante nunca debe movilizar a sus hombres por ira; un general nunca debe entablar batalla movido por el rencor». Sobre todo porque, al final de la batalla, en el trascendente recuento de bajas, las verdaderas víctimas no son ellos, sino nosotros. Los ciudadanos.
Y es que, con ese ‘arte para la política’, las comunidades autónomas y la Administración General del Estado han tirado a la basura en los últimos veinte años hasta 80.000 millones de euros de esos que son de todos los españoles – de nadie, por tanto, según la flamante vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo- en infraestructuras, equipamientos y obras que han resultado “innecesarias”, según señala el estudio llevado a cabo por distintas universidades españoles que se presentará el próximo 15 de junio.
Con los votos como mercancía, nuestros políticos despilfarran dinero con la misma frivolidad con la que enfrentan a los españoles. Van dos ejemplos: tenemos a Podemos reclamando permisos de maternidad y paternidad iguales e instransferibles, el blindaje de las pensiones y la derogación del factor de sostenibilidad. Como reclamo político queda muy bien pero la pregunta es: ¿nos lo podremos permitir?
Un poquito más arriba, tenemos al señor Torra presumiendo de equipo de Gobierno. Un Gobierno trufado de apelaciones al ADN de los españoles, a la represión del Estado español que trata como “súbditos” a los catalanes y, por supuesto, al manido y no por ello ineficaz “España nos roba” y “nos empobrece”. Así llegamos a la presencia de pintadas como esta que les mostramos y a las escenas, trágicas escenas, vividas este fin de semana en Mataró.
Por terminar con el mismo manual con el que empezábamos la gacetilla… «Una nación jamás puede ser reconstruida, y una vida no puede volver a nacer». Advertencia para políticos.