«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Exponen la escultura de una vaca crucificada en una iglesia belga

Imagen de la vaca crucificada

La vaca forma parte de una exposición de arte de Tom Herck, y será exhibida hasta los albores de diciembre en el templo


Los católicos del pueblo belga de Borgloon han expresado su indignación en los últimos días como consecuencia de la exposición, en el interior de una de sus iglesias, de una vaca crucificada. De este modo, los fieles han pedido al obispo que ordene la retirada de esta pretendida obra de arte, cuyo carácter innegablemente blasfemo ha resultado ofensivo para ellos.
La vaca forma parte de una exposición de arte de Tom Herck, y será exhibida hasta los albores de diciembre en el centro la iglesia de San Juan el Bautista de Kuttekoven, que se halla en la villa flamenca de Borgloon. Tal y como ha aseverado el propio autor de la escultura, ésta pretende simbolizar, en tono de denuncia, la crianza casi industrial de animales y el desperdicio de comida.
Respecto a la elección de una templo católico como sede de la exposición, el propio Herck asevera, sin pudor alguno, que su propósito es denunciar la carencia de espacio arquitectónico en una época de gran demanda de domicilios. Así, afirma, quiere llamar la atención sobre el hecho de que las iglesias de Flandes permanezcan casi vacías los domingos al tiempo que no hay suficientes casas.

Reacción de los creyentes

Sin embargo, los católicos no se han quedado de brazos cruzados ante esta afrenta. Así, docenas de ellos se congregaron en los aledaños de la iglesia – en la que aún se celebran misas en determinadas ocasiones – para orar, expresar su pesadumbre y conminar al obispo a retirar una exposición que ofende sus creencias.
Esta protesta, que estuvo organizada por la asociación católica ‘Katholiek Forum’, contó con la presencia de un religioso y tuvo por lema ‘Parad la blasfemia y el arte degenerado’. Además, durante su transcurso, los fieles rezaron un rosario iluminado por el propósito de devolverle a la iglesia su esplendor pretérito.
El presidente de la organización convocante, Dries Goethals, ha acusado a la diócesis local de postergar en demasía su reacción a la instalación de la blasfema exposición y ha motejado la vaca crucificada de ‘imagen satánica y repugnante insulto a Dios y al catolicismo’. En este sentido, ha expresado su desencanto con el obispo: ‘Estamos decepcionados con Patrick Hoogmartens. No ha hecho nada contra esta exposición porque quiere evitar la confrontación. Está atemorizado por los medios. Es por ello por lo que hemos venido a rezar aquí’.
De esta manera, la respuesta de la diócesis a la blasfema exposición fue un comunicado que, posteriormente, no se concretó en ninguna acción: ‘La diócesis de Hasselt está asombrada por la exhibición de la Vaca Sagrada en la iglesia de Kuttenkoven. Estamos siempre dispuestos a colaborar en el diálogo con proyectos de arte en las iglesias y, ciertamente, podemos apreciar el humor. Pero una vaca en la cruz, en la misma postura que Cristo, es ir demasiado lejos. Puede ser ofensiva’, reza el comunicado de los obispos.
Una reacción insuficiente ante la gravedad de la afrenta.

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