«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La ONU trata de convertir el aborto en un derecho fundamental

ONU

El propósito es excluir a los seres humanos no nacidos y a los enfermos terminales de la aseveración de que ‘todo ser humano tiene el derecho inherente a la vida’


El Comité de Derechos Humanos de la ONU, promotor de la ideología de género y de los cínicamente llamados ‘derechos reproductivos’ a nivel mundial, está tratando de alterar su Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. El propósito de esta modificación es excluir a los seres humanos no nacidos y a los enfermos terminales de la aseveración de que ‘todo ser humano tiene el derecho inherente a la vida’.
Recordemos, con afán de contextualizar mejor las aviesas intenciones de la ONU, que el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos reza de este modo desde 1966: ‘Todo ser humano tiene derecho inherente a la vida. Este derecho debe ser protegido por la ley’.
En cualquier caso, si los cambios propuestos se implementasen, el artículo 6 del mentado pacto mutaría por completo de naturaleza: de contener un texto eminentemente provida, pasaría a recoger un texto manifiestamente influido por la cultura de la muerte. De esta manera, incluiría la demanda de que los países ‘garanticen un acceso seguro al aborto’, acusando a los que se negasen de ‘estar humillando’ a las mujeres.
Anteriormente, entre los epígrafes del artículo 6 había uno que específicamente se refería la necesidad de proteger a los fetos, mas el pasado año el Comité de Derechos Humanos de la ONU, que ha llegado a ser presidido por Arabia Saudí, determinó omitir las menciones a aquéllos. ‘No se antojaba necesario que hubiese referencias al derecho a la vida de los fetos’, aseveró en su momento un miembro del Comité.
No obstante, cierto sector del Comité de Derechos Humanos no sólo se pretende reconocer el aborto como derecho fundamental, sino que también aspira a hacer lo mismo con la eutanasia. De este modo, el epígrafe propuesto justificaría la eutanasia en caso de ‘personas heridas mortalmente y de enfermos terminales’.

Una férrea oposición a este intento de enmienda

El afán de modificar el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ha despertado el rechazo de los Gobiernos de Estados Unidos, Rusia, Polonia, Australia, Egipto y Malta – entre otros – y de ingentes organizaciones no gubernamentales.
Así, Polonia, cuyo Gobierno ha manifestado en repetidas ocasiones su firme compromiso con la defensa del derecho a la vida, ha recordado que el citado pacto debe proteger ‘la vida de todo ser humano en toda etapa de su desarrollo y que la dignidad inviolable de una persona comienza en el mismo primer momento de su existencia’. Una contundente declaración cuyo espíritu ha inspirado al Ejecutivo norteamericano, que ha manifestado que ‘los asuntos concernientes al aborto están fuera del alcance del alcance’ del Comité de Derechos Humanos de la ONU.
En esta línea se ha pronunciado también un grupo de congresistas y senadores republicanos de Estados Unidos. ‘Como legisladores, creemos que tenemos la misión de proteger al débil, al indefenso, al no deseado, al vulnerable, de abusos y violencias. Por tanto, escribimos para afirmar que el derecho humano más elemental de todos – el de la vida – incluye a los niños no nacidos’, reza el documento difundido.
Por su parte, la organización no gubernamental ‘Sociedad Civil por la Familia’ ha manifestado su oposición a que el aborto se reconozca como derecho y ha denunciado el carácter antidemocrático del Comité de Derechos Humanos de la ONU: ‘El aborto y la eutanasia no son cuestiones que puedan ser decididas por un comité no electo, que no rinde cuentas y de carácter básicamente oscuro’.

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