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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Arabia Saudí: cuando la esclavitud es parte capital del Estado

El rey de Arabia Saudí

Numerosas empleadas domésticas en Oriente Próximo sufren explotación gracias a los regímenes que lo amparan y lo justifican.


Millones de personas han emigrado en los últimos años ante la falta de oportunidades en sus países. Las promesas procedentes de países como Líbano, Jordania, Catar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait son muy jugosas y las agencias de empleo cuentan con el respaldo estatal para llevar a cabo una estrategia de contratación basada en la mentira y el engaño.
Estas agencias las engañan sobre las condiciones de trabajo y les cobran la tramitación del visado, análisis médicos y los billetes de avión. Todo ello para poder acceder a una bolsa de empleo donde los empleadores, que pagan en algunos casos más de 5.000 euros por acceder a ella, creen que están contratando una suerte de esclava.
Esclavitud en pleno siglo XXI con la inacción de las principales entidades supranacionales como la ONU que, en el caso de Arabia Saudí, prefieren mirar para otro lado ante las atrocidades que ocurren en su territorio. No sólo eso, la dictadura islámica de Riad cuenta con un papel capital en la Comisión de Derechos Humanos. Un hecho que evidencia las fallas de unas organizaciones incapaces de abordar los ambiciosos objetivos que un día se propusieron.

Ausencia de documentación

Cuando llegan al país, las citadas agencias las recogen y las llevan al lugar de destino. Allí perderán su libertad y también su documentación, clave para una huida posterior. Prisioneros de la kafala, el sistema de patrocinio que algunos países ya han abolido y que permite al patrón tener un poder total sobre el trabajador.
Un gran números de empleadas sufre maltratos físicos y abusos sexuales, incluso muchas de ellas se han suicidado. En el año 2013, Rizana Nafeek, una chica de Sri Lanka de 17 años, fue decapitada en Riad tras ser acusado de la muerte del bebé que cuidaba. Aunque la joven mantuvo que el pequeño se había ahogado, fue condenada a muerte.
«La cultura de la esclavitud persiste en Arabia Saudí», donde a muchas trabajadoras del hogar se las trata “como animales, como si no fuéramos humanas», aseguran varias ONG.

Lista negra

La ONU incluyó esta pasada semana a la coalición que lidera Arabia Saudí en Yemen en la «lista negra» que elabora anualmente para señalar a partes de conflictos acusadas de matar y herir a niños.
Hace un año, la organización había decidido a última hora no incluir a las fuerzas saudíes en ese listado por las fuertes presiones que había recibido de parte de Riad, según reconoció el entonces secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
En esta ocasión, la coalición liderada por Arabia Saudí sí está incluida junto a otras partes del conflicto yemení y grupos armados y terroristas que intervienen en otras guerras en distintos países.
Como novedad, la lista está en esta ocasión divida en dos partes, una con quienes no han tomado medidas para tratar de mejorar la protección de los menores y otra con quienes sí lo han hecho.
La coalición saudí aparece entre las segundas, pues Naciones Unidas destaca que ha recibido información sobre cambios en las reglas de enfrentamiento y sobre la creación de un equipo encargado de revisar todos los incidentes con víctimas civiles y identificar correcciones.
Además, señala que Arabia Saudí ha creado un unidad de protección de menores en el cuartel general de la coalición.
Según el secretario general de la ONU, António Guterres, los cambios introducidos este año en el formato del informe reflejan una mayor cooperación de Naciones Unidas con las partes implicadas que debería llevar a una mejor protección de los niños en las guerras.
«El objetivo de este informe no es solo concienciar sobre las violaciones de los derechos de los niños, sino también promover medidas que puedan disminuir el trágico sufrimiento de los niños en conflictos», señaló a través de su portavoz, Stéphane Dujarric.
La «lista negra», sin embargo, amenaza con crear un nuevo episodio de tensión entre la organización y el país árabe, cuyo embajador ya ha anunciado una conferencia de prensa para este viernes.

Patrocinador del ISIS

El principal proveedor de terroristas del Estado Islámico es un aliado de Occidente. Tal y como ha señalado la cadena Fox News en un reportaje, citando a fuentes militares iraquíes, la mayoría de islamistas del grupo provienen de Arabia Saudí.
El país comparte alrededor de 800 km de frontera con Irak, totalmente devastada por la guerra. Sin embargo, según explica la cadena, eso no es impedimento para que los yihadistas saudíes entren al país por la franja que comparte con Siria y Turquía.
La información, ofrecida por fuentes de la inteligencia iraquí, revela que los terroristas saudíes suponen el 30% de todo el contingente del ISIS en Irak -siendo el país que más muyahidines aporta-. En segundo lugar se encuentran los rusos chechenos.
“La presencia saudí en el ISIS es muy grande. Lo que quedan son mayoritariamente iraquíes y saudíes”, ha comentado el oficial de alto rango a la cadena norteamericana.
Fox News señala que ha visto varias fotografías y documentos relacionados con el ISIS que muestran las identidades de terroristas sauditas.

https://gaceta.es/mundo/detras-las-reformas-arabia-saudi-20170928-0650/
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