El banco más grande de EE.UU., JPMorgan Chase, ha mermado su beneficio trimestral y ha acumulado provisiones de casi 10.500 millones de dólares para hacer frente a impagos crediticios, una situación en la que se «prepara para el peor caso»: que la COVID-19 obligue a cerrar de nuevo la economía, anunció este martes.
«Estamos calculando probabilidades, es todo lo que hacemos. Estamos preparados para el peor de los casos (…). La Reserva Federal lo dejó muy claro: está el escenario de la W, que la COVID-19 vuelva a lo grande en otoño y haya que cerrar de nuevo la economía», dijo hoy en una conferencia telefónica el máximo ejecutivo de la compañía, Jamie Dimon.
JPMorgan obtuvo un beneficio de 7.552 millones de dólares en la primera mitad de 2020, un 60 % menos en comparación con el mismo periodo del año pasado; y solo entre abril y junio mermó un 50 % sus ganancias, hasta 4.687 millones de dólares, sobre todo por el dinero apartado para cubrir los potenciales impagos de clientes.
En cambio, aumentó la facturación: un 6 % en el primer semestre de 2020, en el que ganó 18.831 millones de dólares, y un 15 % entre abril y junio, hasta un récord de 33.817 millones de dólares, fruto de un «modelo de negocio global y diversificado» y especialmente de su banca de inversión, beneficiada por la alta volatilidad de un mercado, que recuperó máximos en junio.
Otro de los grandes bancos estadounidenses, Citigroup, el tercero por activos de EE.UU., divulgó este martes unos resultados similares, con un descenso notable en los beneficios y más provisiones contra impagos, siguiendo la estela de las decisiones tomadas en el primer trimestre, cuando empezó el brote de coronavirus en EE.UU.
Citigroup apartó provisiones para pérdidas crediticias por valor de 7.900 millones de dólares que llevaron a un descenso del 73 % en los beneficios del segundo trimestre de 2020, hasta 1.316 millones de dólares.
En el conjunto de la primera mitad del ejercicio tuvo unas ganancias acumuladas de 3.838 millones, un 60 % menos interanual.
La facturación de este grupo se mantuvo a flote gracias al negocio de banca de inversión, como en el caso de JPMorgan, aunque con cifras menos llamativas: en la primera mitad del año ingresó 40.497 millones de dólares, un aumento del 8 %, y solo entre abril y junio 19.766 millones, un incremento del 5 %.
Wells Fargo fue el tercero de los «Big Six» que presentó sus resultados, pero muy distintos: el grupo financiero, que ya había adelantado unas perspectivas sombrías, registró su primera pérdida trimestral en más de 10 años debido a una importante provisión para impagos, a su exposición a la COVID-19, a las restricciones regulatorias y a su carácter de negocio más minorista.
Este banco apartó la destacable cuantía de 9.570 millones de dólares para provisiones entre abril y junio, por lo que sufrió una pérdida neta trimestral de 2.379 millones de dólares en contraposición a las ganancias de 6.206 millones que registró en el mismo tramo de 2019, lo que le ha llevado a reducir sus dividendos a 10 centavos.
Los ingresos de Wells Fargo cayeron más del 17 % en este segundo trimestre, hasta 17.836 millones de dólares, reflejo de una estructura de negocio que depende más de los préstamos, directamente impactados por la COVID-19, que de la banca de inversión, el resorte que ha dado oxígeno a sus rivales.
La compañía además está sujeta a restricciones regulatorias relacionadas con el escándalo de las cuentas falsas de 2016, entre ellas una medida de la Reserva Federal que limita el aumento de sus activos.
En total, estos tres grandes grupos bancarios de EE.UU. han apartado más de 28.000 millones de dólares en tres meses en vista de la incertidumbre y el deterioro de las condiciones macroeconómicas que se avecinan en una recesión que «no es normal», apuntó esta mañana el ejecutivo Dimon, de JPMorgan.
Los resultado superaron las expectativas de los analistas de Wall Street a excepción de los de Wells Fargo, pero las tres compañías han sufrido fuertes pérdidas de valor bursátil desde el principio del año, del 30 % en el caso de JPMorgan, del 36 % en Citigroup y del 55 % en Wells Fargo.