El pasado año los cristianos fueron víctimas de cuarenta y cuatro delitos de odio, mientras que los musulmanes padecieron veintitrés
Para todos los grandes medios de comunicación, uno de los grandes males que aflige a la sociedad española es la islamofobia, esa suerte de odio al musulmán por único motivo de su credo. Así, tras los atentados islamistas perpetrados este mes de agosto en Barcelona, los grandes periódicos y televisiones de nuestra país nos alertaron, con cínica preocupación, del inminente estallido de una ola islamofóbica; así, cada vez que un musulmán es agredido u ofendido en la calle (hecho sin duda reprobable), se nos presenta el odio al islam como una extendida lacra social.
Sin embargo, la realidad es bien distinta, casi opuesta, al relato que nos ofrecen los medios de comunicación: el verdadero problema social es la cristofobia. No en vano, más de dos tercios de los ataques contra colectivos religiosos que se perpetraron en 2016 en España tuvieron como víctima y objetivo a cristianos. Así se desprende, al menos, de los datos ofrecidos por la OSCE, que no es precisamente una organización sospechosa de cristianófila.
En un informe del que se ha hecho eco el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia (OLCR), se cuentan 44 delitos de odio cometidos contra cristianos en España en 2016. Una cifra que supera por amplio margen las 23 agresiones perpetradas contra musulmanes y las siete perpetradas contra judíos.
De los 44 delitos de odio que padecieron los cristianos, 39 fueron ataques contra la propiedad y cinco fueron agresiones físicas o verbales contra individuos.
La presidenta de la OLCR, María García, ha reflexionado sobre la naturaleza de estos ataques, que, de acuerdo con ella, prueban que el cristiano es el colectivo religioso más perseguido en España: ‘Estos datos demuestran que en España los cristianos son discriminados, ya que los ataques hacia ellos son cuantitativamente mayores que hacia otras religiones, como vienen demostrando año tras año nuestros informes’.
Un colectivo perseguido
Tal es el alcance de los delitos de odio contra los cristianos que el Centro Jurídico Tomás Moro hubo de crear, en los albores de este año 2017, el Observatorio contra la Cristofobia. Un organismo nacido con afán de denunciar la cómplice inacción de los poderes públicos – o su participación – ante los ataques contra católicos y de suplirles en la defensa y protección de éstos (los cristianos).
‘Los cristianos están siendo atacados y agredidos no sólo por personas individuales, sino también por las instituciones que no quieren defender los legítimos derechos de los cristianos, por los partidos políticos que alientan al odio hacia una población que siente mermados sus derechos y por parte de unos medios de comunicación que no informan con la objetividad e imparcialidad que exige la ética periodística’, denuncia ese centro jurídico.