«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La masonería comienza su lavado de imagen en Canarias

La masonería quiere crecer en España y empiezan una campaña para atraerse a la opinión pública. El primer paso la han dado recientemente en Canarias.

El pasado 23 de junio, la Gran Logia de España, coordinada con su subalterna en la provincia de Canarias, celebró una marcha masónica en Las Palmas de Gran Canarias. El objetivo, según ellos, era el de rendir homenaje a los cuatro alcaldes de la localidad que habían pertenecido a esa obediencia masónica.
La realidad es otra: los masones en España no logran desarrollarse a niveles de otros países europeos y pretenden salir del armario para intentar captar adeptos. Por eso eligieron la comunidad autónoma donde más miembros tienen: Canarias.
En España existen dos logias masónicas reconocidas: la Gran Logia de España-Gran Oriente Español, dependiente de la masonería francesa; y la Gran Logia Simbólica Española. En total no llegan a los 4.000 miembros.
La Gran Logia de España está más extendida y cuenta con algo más de 3.000 miembros de los que casi 500 están en las Islas Canarias. Mantiene 180 logias -centros de reunión- locales y tiene un Supremo Consejo que regula toda la actividad de los miembros. Al frente del Gran Oriente se encuentra, con el título de Gran Maestre, el abogado valenciano Óscar de Alfonso. Uno de los principales impulsores de esta salida del armario para intentar expandirse socialmente.
La Gran Logia Simbólica es mucho más reducida, aunque a diferencia de la anterior admite mujeres entre sus miembros. A penas sobrepasa los 300 iniciados en el total de España. También tiene su propio Supremo Consejo y su Gran Maestre, desde 2012, es la aragonesa Nieves Bayo Gallego, que ha hecho del laicismo su principal bandera dentro de la organización.
El número de masones en España es muy inferior al de otros países. Francia e Inglaterra tienen cerca de medio millón de inscritos en sus logias, en Estados Unidos los masones se cuentan por millones y en Alemania se acercan a los 300.000. Gracias a la legislación impuesta durante el franquismo, que prohibía el desarrollo de estos grupos secretos, en nuestro país siguen siendo muy minoritarios. Ahora, pretenden darse a conocer y expandirse en un entorno en el que muchos de sus planteamientos ya se imponen socialmente.
Entre estos objetivos se encuentran aquellos que pretenden la implantación de la ideología de género, el ataque a la familia y el globalismo. La ingeniería social que hoy en día se implanta en España con medidas favorables a colectivos LGTB, la inmigración descontrolada o los movimientos de ruptura de España, son los éxitos de sus postulados que les dan alas para intentar crecer.
Los éxitos de la masonería se han dejado sentir incluso dentro de las jerarquías eclesiásticas. Recientemente el Cardenal Ravasi, responsable del Pontificio Consejo para la Cultura, se dirige a los “queridos hermanos masones” pidiéndoles superar años de enfrentamiento y solicitando que se creen “Puentes y no muros”.
Una forma de actuar, por parte de un responsable de la Iglesia Católica, que choca con la excomunión que pesa sobre los miembros de la masonería y que les hace incompatibles -en tanto que sigan con sus obediencias masónicas- con el cristianismo. Es más, desde principios del siglo XX todos los ataques a la religión Católica han venido inspirados por la masonería. Así ocurrió en el México postrevolucionario de Plutarco Elías Calles o en la España de la Segunda República.
Como asegura Alberto Bárcena, uno de los mayores especialistas españoles en el estudio de la masonería, “Están en un proceso de normalización, de ‘salir del armario’ como ellos mismos dicen. Aspiran a blindar a la masonería, blindar la honorabilidad de la masonería. Han acuñado ya la palabra ‘masófobo’. Cuidado, que cuando acuñan la palabra tipifican la conducta. ‘Masófobo’ es el que denuncia las políticas de la masonería. Y ‘masófobo’ es el equivalente al ‘homófobo’, que esa palabra hace poco no existía siquiera y ahora, no solo existe, sino que puedes llevarlo a la ley, se tipifica como una conducta punible”.
Alguna publicidad valiente y la ayuda desinteresada de muchos lectores como tú han hecho posible esta noticia. Conoces nuestra línea editorial, a contracorriente de la ideología dominante y desacomplejadamente comprometida con la dignidad humana, la unidad de España y la identidad de Europa. No es fácil ni es barato sostener un medio de comunicación que beba de estos postulados, siempre contra los más poderosos. Por eso te pedimos que nos ayudes con una aportación, que formes parte de nuestro proyecto, que ayudes a que sigamos incordiando al Poder. Puedes hacerlo de varias maneras, infórmate aquí.
Leer más…

Alberto Bárcena: ‘En algunos rituales la masonería es claramente satánica’

El Cardenal Ravasi tiende puentes hacia sus “queridos hermanos masones”

TEMAS |
.
Fondo newsletter