Ya saben, “el periodismo consiste esencialmente en decir”, y hoy, de nuevo, hay que decir algunas cosas de Cataluña
A veces nos pasa como al compañero de celda de Jordi Sánchez, que ha pedido a los funcionarios de Soto del Real que le den un ‘compañero de piso’ nuevo porque el que tiene, el líder de la Asamblea Nacional Catalana, es “insoportable”: “Está todo el día con la matraca del independentismo”.
Nos gustaría dejar la matraca y hablar de otras cuestiones. De la realidad de una criticadísima Polonia que, en contra de lo que dice la propaganda, lucha por salir de la crisis demográfica que arrasa Europa con medidas que ya quisiéramos en España, Francia o Alemania; o de George Soros, y sus últimas vinculaciones con el poder -ahora con Google-…
Pero, ya saben, “el periodismo consiste esencialmente en decir”, y hoy, de nuevo, hay que decir algunas cosas de Cataluña:
Primera: que a lo largo del día puede haber novedades judiciales para el comando golpista: La Fiscalia General del Estado presentará una doble querella por rebelión contra los promotores de la declaración unilateral de independencia ante la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo.
Segunda: que este fin de semana cientos de miles de españoles han salido a las calles de Madrid y Barcelona para exhibir orgullo nacional, solidaridad con los catalanes secuestrados por el separatismo y deseo de justicia. Esa, la España de las calles, es la única esperanza para arreglar esta tragicomedia catalana.
Tercera: que se confirman los temores de quienes reclamábamos firmeza y contundencia al llamado bloque constitucionalista. Puigdemont sigue siendo actor político válido para Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Albert Rivera que, ya en campaña electoral para el próximo 21D, saludan con alegría una eventual presencia del golpista en la carrera por la presidencia de la Generalitat. Todo muy bien; todo muy normal.
Lea aquí más alboradas.
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