«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Posoperatorio. Alternativas a los collares isabelinos.

Si alguna vez has tenido que operar a tu perro o gato, sabrás que tras la intervención hay que evitar que se lama las heridas. Para eso existe un invento llamado collar isabelino.
El collar es como la tulipa de una lámpara, un plástico duro que rodea la cabeza del perro/gato y le impide llegar a las heridas con la boca.
Pero aunque esa función la cumple perfectamente, desgraciadamente tiene algunos inconvenientes:
– Al impedirle la vista periférica, el animal suele asustarse mucho. Tanto es así que algunos dejan de moverse en cuanto se lo pones.
– Si consigues que lo acepte y se acostumbre a él, irá chocándose con cada mueble de la casa.
– Le impide comer y beber por lo que tienes que estar pendiente de él en todo momento para quitárselo cuando es necesario.
Es lo primero que te ofrecen en una clínica veterinaria tras la operación, pero existen alternativas que no todo el mundo conoce:

Collar inflable
En realidad también podría llamarse collar isabelino, pero en este caso es un flotador que rodea el cuello de la mascota, evitando también que el perro/gato pueda alcanzar sus heridas, pero sin ocasionar los trastornos del collar de plástico.
La mayor ventaja y por la que se lo recomiendo a todo el mundo, es que el perro/gato está muchísimo más tranquilo al no impedirle ver por los lados. El motivo principal por el que el animal se queda paralizado de miedo desaparece con este collar.
Pero además su tamaño es inferior al isabelino por lo que deja de chocarse con todo lo que le rodea. Y no es tan incómodo, por lo que puede tumbarse sobre él a modo de almohada.
Por último, puede beber y comer sin problemas con el collar puesto.

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El collar inflable Flamingo, cuenta con una capa exterior azul que protege al flotador inflable de su interior. Se puede acceder a él a través de una cremallera en caso de pinchazo, por ejemplo, y poner un parche. Pero hay un pequeño truco, muy útil para los modelos más pequeños: quitar directamente el flotador interior y rellenar el collar de algodón. De esa manera lo dejarás a la presión deseada sin ningún problema (algo difícil de hacer soplando) y evitas que se pueda pinchar.

strong>Camisetas protectoras.
Dependiendo de la lesión de tu mascota, es posible que el collar no sea la mejor opción y necesites ponerle una camiseta que le proteja las heridas.
La camiseta protectora Medical Pet está diseñada para que pueda circular el aire en su interior permitiendo la ventilación de las heridas. No impide el movimiento del animal, permitiéndole hacer una vida normal (incluso puedes dejársela puesta cuando sale a la calle de paseo o para hacer deporte).
Es adecuada también para animales con problemas de piel, ya que evita que el perro pueda rascarse.
Y volviendo a las operaciones, tiene una ventaja añadida frente a los collares: la anestesia impide que el animal regule su temperatura corporal por lo que una camiseta es de mucha ayuda.

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Hay otros productos para el posoperatorio de perros y gatos pero que son complementarios a los collares isabelinos, no alternativas. Por ejemplo las botas y calcetines protectores para lesiones en las patas o los pañales para perro en caso de incontinencias.

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