«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Qué factores hay que tener en cuenta antes de comprar un tensiómetro

Los tensiómetros son aparatos que se emplean en medicina y física para medir diferentes tipos de tensión. Probablemente nos resulten familiares los tensiómetros del ámbito médico, aquellos que sirven para medir la tensión arterial de cualquier paciente y así saber si sufre de hipotensión o hipertensión.
Este tipo de tensiómetros están formados por un brazalete que se ajusta a la persona, un manómetro que mide la tensión y un estetoscopio que ayuda a escuchar el intervalo entre la sístole y la diástole.
Dado el uso genérico que hoy en día tienen estos dispositivos, hoy vamos a tratar de aclarar cómo se encuentra los mejores tensiómetros del mercado.

Consejos para comprar un tensiómetro

Antes de comprar un tensiómetro para medir la presión arterial desde casa, deberemos tener en cuenta una serie de factores fundamentales.

Tensiómetro digital vs tensiómetro analógico

En primer lugar, es más que recomendable que el tensiómetro sea digital. En el mercado actual podemos encontrar una gran cantidad de ofertas en productos de este tipo. Echándoles un pequeño vistazo se puede apreciar que los tensiómetros digitales son más fáciles de usar que los analógicos.
El tensiómetro digital es muy intuitivo. Suele venir con una pantalla con grandes números que nos indican tanto el valor alto como el bajo de la presión. Según el modelo escogido, también puede mostrar las pulsaciones y otros detalles, almacenar mediciones, etc.
El tensiómetro analógico, por su parte, no es el más indicado para el uso doméstico, ya que es un tipo de aparato un poco más complicado de usar que el digital. Tanto es así que en muchos casos es preciso realizar un pequeño curso previo antes de saber manejarlo.

Tensiómetro de brazo vs tensiómetro de muñeca

En este apartado, hay que optar preferiblemente por los tensiómetros de brazo, ya que son más fáciles de usar que los de muñeca. Sobre todo porque con estos últimos hay que adoptar una postura un tanto menos cómoda a la hora de tomar la tensión.
Ya que hablamos de postura para medir la presión arterial, tanto con los tensiómetros de brazo como de muñeca hay que colocar el brazo a la altura del corazón para que la medición sea lo más correcta posible. No obstante, con el tensiómetro de brazo solo será necesario mantener el brazo estirado para que la medición sea precisa.
También es cierto que el tensiómetro de brazo es un poco más complicado de poner, ya que el de muñeca es instantáneo. No obstante, son los más comunes, especialmente para las personas mayores, por estas razones:

  • Mayor fiabilidad
  • Están acostumbrados a medirse la tensión en el brazo
  • Suelen tener voz e indican el resultado de la medición más fácilmente
  • Números grandes en la pantalla
  • Poseen memoria para guardar mediciones

Características adicionales

Hay una serie de características adicionales con las que debería contar cualquier tensiómetro. Especialmente en lo que atañe a la información que puede proporcionar sobre la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Sería muy recomendable que el tensiómetro elegido pudiera ofrecer al menos estas características adicionales:

  • Detección de arritmia: un dispositivo que no solo detecte el ritmo cardíaco, sino que también pueda informar al usuario de cualquier anomalía en las alteraciones del latido
  • Detección de errores: si los valores de la medición no son los adecuados, el tensiómetro debería anunciar al usuario de la presencia de algún problema
  • Promedio de todos los valores: hay tensiómetros que son capaces de calcular un promedio total de la tensión en un periodo determinado de tiempo

Para quién va dirigido el tensiómetro

Por otro lado, es muy importante tener en cuenta la persona que empleará el tensiómetro. Por ejemplo, si esta tiene un brazo grueso o voluminoso lo ideal será comprar un tensiómetro con un brazalete más grande de lo normal o que sea perfectamente ajustable para esta persona.

Normas de fabricación y distintivo CE

Es evidente que no podemos decantarnos por el primer tensiómetro que veamos o dejarnos llevar por el precio del mismo. Todos estos aparatos deben cumplir de manera obligatoria con una serie de normas de fabricación y, al mismo tiempo, mostrar el distintivo CE.
En la medida de lo posible, debemos verificar que el tensiómetro elegido ha sido aprobado por la Sociedad Española de Hipertensión (se puede comprobar a través de la web oficial de este organismo).
También debemos cerciorarnos de que la marca del tensiómetro disponga de un servicio técnico de postventa y un servicio de atención al usuario. Con el uso y el paso del tiempo, este tipo de aparatos requerirán de una revisión y una calibración, algo que se suele llevar a cabo unos dos años después de la compra.

Precios

Los precios de los tensiómetros digitales pueden oscilar entre los 20 y los 300 euros, dependiendo de si su uso será doméstico o profesional. La variación de precio también dependerá de la marca, si es importado o no, si está validado y homologado, las características adicionales que disponga, etc.
Los tensiómetros analógicos son más económicos y tienen un precio que puede rondar entre los 15 y los 70 euros.

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