Nuria Roca se vistió de amarillo para presentar Singles XD, el programa que estrenó ayer en Cuatro. Está claro que a Nuria le gusta desafiar supersticiones y peligros. Cuando arrancó ‘A tota pantalla’, el programa de TV3 del que terminó siendo despedida a través de un burofax de sólo tres líneas, decidió también que el amarillo era el mejor color. Dudo que en próximos estrenos repita tonalidad tan maldita en el mundo de la escena. No sé a qué mente iluminada se le ocurrió que el mejor programa para levantar la audiencia de Cuatro, en la franja horaria de la sobremesa, sería una mezcla entre MYHYV y First Dates cargado de jovenzuelos cool (o eso creen). Millennial los llaman, abducidos en sus pantallas del móvil. En un permanente happy flower o una eterna primavera (alguno con 19 años y en Bachillerato). El ‘yo, yo y yo’ y si no te gusta, puerta. El “todo es estar bueno” que ya avisó, en Cámbiame, Pelayo. Yo soy yo y mis circunstancias. Lo malo es que el oficio de presentar para Nuria Roca ya se está convirtiendo en algo peor que una circunstancia. Resumo brevemente: cinco chicos, un objetivo, un sillón ciego y un reservado. Ah, y una puerta para que entren pretendientes a cascoporro. Todo en un loft con sofá para comentar qué le ha parecido el que acaba de entrar. Si ha surgido la química o no y si han encontrado el amor. Perdonen que me parta de risa un poco. Por qué lo llaman amor cuando quieren decir irse de compras, posturear, un acompañante para llevarte el bolso o sexo simplemente. Visto Singles XD hago mío aquello de Alberti, yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos. Aquello no mejoraba al volver de la cocina. Ingenua de mí, pensé que con un café lo soportaría mejor.
Este alud de programas empeñados en una constante búsqueda del amor (Granjero busca esposa, First Dates, Quién quiere casarse con mi hijo, Singles…) da para reflexionar sobre el tema de las relaciones de pareja, la supuesta idea de que el amor flota en el aire y en televisión encuentras al amor de tu vida. Recupero algo que escribió Diana Aller en El Mundo:
1. La imagen deteriorada y enferma que muestra la televisión del amor romántico: un discurso ególatra, circunscrito a una edad y a unas cualidades físicas determinadas, y excluyente y cerril en cuanto a las caprichosas formas del amor inconsciente real y arrebatado.
2. Se impone una suerte de mercantilismo emocional que dicta lo que nos debe hacer felices y lo que no, cómo debe funcionar una pareja o cómo deben prevalecer nuestros intereses capitalistas disfrazados de felicidad.
3. El amor, como todo últimamente, es un producto de mercadeo, donde importa más el envase y el coste que su verdadero uso.
Volvemos otra vez al formato televisivo atado al share y a la cuota de pantalla. La reiteración aunque nos despeñemos. Todo es tan blanco y tan ñoño. Los rejones que clavan al otro son tan poco sutiles y sin argumento… Mucho tendrá que cambiar la digestión del espectador que a esa hora esperaba el humor de Florentino y Dani o mucho tendrá que cambiar el formato / franja horaria. La tentación de cambiar de canal es muy grande. Poco ritmo y novedad cero. “Leeremos vuestros mensajes en directo” (la novedad), decía Nuria Roca. Sólo leían Instagram que es el reino del postureo. Twitter es el ‘despelleja que algo queda’. En efecto, el programa parece que no ha enamorado a la audiencia (2,8%). Al menos a la tuitera. Las críticas partían desde lamentos por el retraso de Dani&Flo hasta los adjetivos mordaces y cáusticos que iban in crescendo: “Aburrido”, “inaguantable”, “protagonistas superficiales y narcisistas” o “estamos hartos de actores de agencia”. Lo triste de toda esta gente que liga a través de WhatsApp es que luego en el cuerpo a cuerpo están más que verdes. Por cierto, ¿hasta cuándo te siguen llamando single? Creo que fue Truman Capote el que decía “al principio no conoces a nadie en los cócteles porque todos son más viejos, luego conoces a todos los de la fiesta porque ya coincides en época y, al final, dejas de conocer a nadie porque ya son todos más jóvenes que tú”. Pues eso.
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