«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El doble rasero de Hollywood, el mundo y la justicia

Harvey Weinstein

Las valientes víctimas femeninas de maltrato han recibido el apoyo popular. Mientras tanto, los actores maltratados por mujeres han sido minusvalorados por esa misma sociedad.

El doloroso caso de Harvey Weinstein, renombrado casi al caso Spacey, deja varias lecciones encima de la mesa. La primera de ellas, que el cementerio que era Hollywood en cuanto a abusos parece llegar a su fin. Que dos de sus figuras más prominentes, Weinstein y Spacey, sean activamente desenmascarados por compañeros y compañeras de profesión parece cerrar un capítulo en cuanto a miedo social se refiere. La segunda, que por desgracia vemos de nuevo como se avanza meritoriamente en el caso del abuso femenino, pero no así en el caso del abuso masculino.
Es de aplaudir dos cosas, que frente al despreciable abuso, las víctimas sean capaces de dar un paso adelante para con su ejemplo motivar a otras. Y que la sociedad en su conjunto, con varios años de retraso sin embargo, arrope a estas víctimas por abusos pasados y diga basta. Ha sido un efecto dominó, una aislada denuncia sacudió la sociedad hollywoodieense, motivada por la repulsa de esa sociedad, otra víctima se animó a dar el paso, conmocionando a todo EE.UU. Sucesivamente, todo el planeta se ha visto sensibilizado y se ha perfilado una nueva conciencia social sobre el maltrato femenino.
¿Pero y el masculino? Junto con todas esas noticias y titulares, destacaban muy de vez en cuando otros: la de los actores abusados por mujeres poderosas. Por desgracia, entre la indiferencia, la mofa y la hostilidad, estas noticias cayeron en saco roto.
“¿Cómo te puede violar una mujer? A mí me gustaría que X actriz me violase. Es solo una estrategia para desviar la atención”, son algunas de las cosas que podían leerse en los comentarios por redes sociales sobre las noticias. A priori, podemos admitir que son menos, no porque en general los hombres sean abusados menos; sino porque las mujeres con posiciones de poder escasean, sobre todo en la machista Hollywood. La tendencia al maltrato viene con la desproporcionada posición de poder entre dos personas. Sean estas hombre y mujer, mujer y hombre, hombre y hombre o mujer y mujer. Históricamente, el hombre ha tenido esta posición, por eso ha abusado más, porque tenía culturalmente más oportunidades. Solo eso.
¿Cómo vamos a poder erradicar la lacra del abuso en nuestra sociedad cuando con una mano animamos a las mujeres maltratadas a dar un paso al frente y con otra nos mofamos y castigamos a los hombres que tratan de hacer lo mismo? El shock social es clave para favorecer el cambio, y más en cuestiones tan herméticas como el abuso.
Negando la posibilidad de shock, negamos la posibilidad de la existencia de hombres maltratados y negando la posibilidad de su existencia, les negamos cualquier oportunidad de una defensa justa. En Patón y Asociados, no negamos la posibilidad de que existan estos hombres, los apoyamos y les ofrecemos el mejor servicio jurídico que existe actualmente. Luchamos, como con estas líneas, para que la sociedad reaccione ante un problema: el abuso, que aunque se ceba especialmente con las mujeres, también afecta a un número significativo de hombres, seres humanos ambos grupos.
Por Juan Rivera Crespo, de Patón & Asociados
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