En un año Argentina sumó 2,5 millones de nuevos pobres y el índice de pobreza subió del 34,6% al 39,5%. Con una inflación del orden del 50% anual y una delicada crisis social y económica, el Gobierno izquierdista de Alberto Fernández especula con implementar un plan de shock de emergencia para detener la inflación descontrolada.
«Apostamos a poner en marcha la reactivación de la industria y la economía nacional a través del impulso del consumo y de la recuperación del poder adquisitivo de los salarios», explicó la secretaria de Comercio del ministerio de Desarrollo Productivo, Paula Español.
Pese a ello, el ministro de Economía, Martín Guzmán, descartó recientemente en público la implementación del tan mencionado extraoficialmente «plan de shock» para estabilizar la economía y una devaluación: «En Argentina se ha avanzado en la estabilización cambiaria. Vemos a la estabilización como un camino que requiere un enfoque integral, no un enfoque que solo es estabilización cambiaria», aseguró el responsable de las cuentas en Argentina.
Como contrapunto, el exviceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, advirtió categórico que «si no hay una solución a la devaluación del peso y la inflación, vamos a usar los billetes de 1000 dólares para empapelar paredes».
En la actualidad, en todo el país hay 18,1 millones de pobres frente a los 15,6 millones que había en el primer trimestre de 2020. De esos totales, los indigentes suman 5,1 millones versus 3,9 millones un año atrás. Es decir, 2,5 millones más de personas que un año atrás pasaron a vivir en hogares con ingresos insuficientes para comprar una canasta básica.
Estos datos surgen de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que acaba de difundir el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) y que marcan un fuerte deterioro general de los ingresos, pero en particular entre el 40% de la población que vive con recursos muy bajos.
Según esta información oficial, la ciudad de Resistencia, en la provincia de Chaco, con el 53,9% encabeza el ranking de pobreza del país frente al 45,9% un año atrás. En el conurbano bonaerense subió del 39,8% al 44,4% y en la Ciudad de Buenos Aires, donde la Dirección de Estadística porteña difundió los datos del primer trimestre, la pobreza aumentó del 22,9 al 26,5% en un año.
A la fecha, el empleo aún no da muestras de recuperación respecto de los niveles previos a la pandemia. Según el último informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), que analiza a partir de datos oficiales qué ocurrió con la actividad y el empleo en los rubros de industria, comercio, construcción, transporte, sector financiero y el bloque hotelería y turismo, en abril de este año la industria tenía un nivel de actividad 2,2% superior al de abril de 2019, pero el empleo formal se encontraba 0,8% por debajo. En el caso de la construcción, en abril de 2021 tenía un nivel de actividad 9,3% inferior al de 2019 y el empleo formal se encontraba 20,4% por debajo. En 2020 el sector perdió 75.000 empleos formales. En el comercio, en el cuarto mes de este año la actividad era 5,2% superior a la de abril de 2019 y el empleo formal se encontraba 2,6% por debajo.
Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) señala que en el país la tasa de mortalidad por Covid-19 es de 2.300 por millón de habitantes y la pobreza aumentó un 6.5%. IDESA cuestiona con dureza la gestión de la pandemia por parte del gobierno argentino de Alberto Fernández y la compara con la de otros países de la región. Según la investigación, el estudio comienza afirmando que «la mala gestión de la pandemia llevó a descuidar la economía y también la salud».
En Chile, por ejemplo, la mortalidad es de 1.800 por millón y la pobreza aumentó en 2,2% y en Uruguay la mortalidad es de 1.700 por millón y la pobreza aumentó en 3,5%.
«Estas cifras son la evidencia de que la pandemia tuvo impactos negativos mucho más fuertes en la Argentina tanto en términos sanitarios como sociales. Argentina sufrió más muertes por Covid y más aumento de la pobreza que sus vecinos. Chile y Uruguay, con concepciones sobre el rol del Estado muy diferentes, tuvieron resultados bastantes similares y mejores. De haber logrado el desempeño de los vecinos, Argentina tendría aproximadamente 24.000 muertes menos por Covid y 1,5 millones menos de pobres. La explicación es que tanto Chile como Uruguay tienen un mejor gerenciamiento público».
Para finalizar el informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino sentencia que «el fracaso en la gestión de la pandemia no se debe a que se priorizó la salud por encima de la economía. Tampoco a que el Estado sea grande o chico. El fracaso en la pandemia es la consecuencia de la improvisación y la falta de profesionalismo que siempre caracterizó al diseño de políticas públicas y a la gestión del Estado en Argentina».