«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
SU ADMINISTRACIÓN RECURRE A LA MENTIRA DIRECTA

Biden, vacunado antes de la investidura, dice que hasta que él llegó ‘no había vacunas disponibles’

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Reuters

Las elecciones de medio mandato amenazan con ser una verdadera sangría para los demócratas, así que la Casa Blanca ya se ha puesto en «modo campaña». Y como no hay tiempo ni ocasión para meras exageraciones, manipulaciones discretas y buenas intenciones, se recurre tranquilamente a la mentira directa y perfectamente desmontable, sin pudor alguno.

«Cuando el presidente Biden fue investido, había millones de parados y ninguna vacuna disponible», se lee en un tuit publicado desde la cuenta oficial de la Casa Blanca. «En los últimos quince meses, la economía ha creado 3,8 millones de empleos y el paro está en el 3,6%, el más rápido descenso del desempleo al inicio de un mandato presidencial jamás registrado».

¿A quién puede dirigirse una mentira tan fácil de desmontar, especialmente en la red social recién adquirida por Elon Musk? De hecho, justo debajo del mensaje oficial cualquiera puede ver, entre las respuestas, la de Jeryl Bier, editor de Pluribus, que se limita a rescatar el tuit en el que Joe Biden, desde su cuenta personal, anuncia que acaba de recibir la vacuna contra el covid, con foto incluida… el 22 de diciembre de 2020.

La famosa vacuna -hoy, por lo demás, bastante cuestionada en cuanto a seguridad y eficacia- fue consecuencia de la Operación Warp Speed, iniciativa personal del entonces presidente Donald Trump, y solo se retrasó deliberadamente su lanzamiento para favorecer a Biden. Cuando el senil presidente fue investido, ya se estaban administrando un millón de dosis diarias. Pero la Casa Blanca puede estar tranquila: Twitter, todavía brazo armado de la propaganda «woke», no marcará el mensaje de la Casa Blanca como «fake news», como suele hacer con tuits bastante más veraces de la oposición.

Pero lo que dejó pasar la red social era una mentira tan evidente y fácilmente comprobable que hasta la fiel CNN se vio obligada a desmentirla, lo que forzó una rectificación por parte de la Casa Blanca.

En cuanto al empleo, hemos visto el mismo absurdo juego de manos electoralista en casi todos los países con perspectivas electorales cercanas, incluida España: la reacción pública generalizada contra la pandemia fue tan universalmente brutal, tan destructora de la actividad económica, que el fin de las restricciones y la vuelta a cierta normalidad tenía que suponer por fuerza un notable rebote.

Si hay algo que ni los más acérrimos enemigos de Trump han conseguido es negar la espectacular recuperación económica y la extraordinaria bonanza lograda por el 45º presidente durante su combatido mandato. Hoy, en cambio, la inflación se ha disparado a límites inimaginables pocos años antes y el país se enfrenta a una crisis de desabastecimiento de productos básicos, como leche maternizada.

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