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Mientras toma fuerza la hipótesis de un origen artificial del virus

China construirá entre 25 y 30 laboratorios de ‘bioseguridad’ como el de Wuhan

Trabajadores en el laboratorio de Wuhan Europa Press

Las autoridades de la provincia china de Guangdong anunciaron en mayo que proyectan construir entre 25 y 30 laboratorios de bioseguridad en los próximos cinco años. Es decir, una treintena de centros iguales al laboratorio de Wuhan del que con alta probabilidad escapó el virus que tiene postrado al planeta entero y que durante un año ha provocado millones de muertos, ruina económica y recorte de libertades en todo el mundo. ¿Qué podría salir mal?

De la hipótesis que cobra cada día más fuerza en torno al origen de la pandemia, es decir, que haya tenido su origen en el laboratorio virología de Wuhan en el que han colaborado activamente franceses y norteamericanos, casi todos sus exponentes se decantan por una fuga inintencionada.

Se entiende que la idea de que los chinos soltaron deliberadamente el virus es demasiado terrible y con consecuencias demasiado abracadabrantes para postularla públicamente. Supondría, desde luego, un acto de guerra y un crimen contra la humanidad sin precedentes. Así que mejor quedarse con el supuesto de una fuga accidental.

Porque, como dicen los anglohablantes, “shit happens” o, por decirlo con palabras de Edward A. Murphy Jr., si algo puede salir mal, saldrá mal. Es decir, que si tienes un laboratorio donde te dedicas a experimentar con virus para hacerlos más contagiosos o letales (“ganancia de función”), por estrictas que sean las medidas de seguridad, siempre existe la posibilidad de una fuga, como parece ser el caso. Pues bien: ahora, multiplíquenla por 25 o 30. Asusta un poco, ¿verdad?

Los laboratorios no estarán todos en Guongdang, ni siquiera en China, sino repartidos por todo el mundo, en 23 países incluidos el Reino Unido, Estados Unidos, India, Gabón y Costa de Marfil, informa el británico Financial Times.

Tres cuartas partes de estas instalaciones se construirán en áreas urbanas, lo que no hace falta ser un experto para entender que aumenta la posibilidad de una fuga fatal.

Los expertos consultados por el diario británico se muestran (comprensiblemente) preocupados. Richard, profesor de Bioquímica en la Universidad Rutgers, recuerda que “cuanto mayor sea el número de estas instalaciones y de personas con acceso a estos peligrosos patógenos, mayor es el riesgo”, aunque no creo que haga falta ser profesor para darse cuenta.

De hecho, laboratorios como el de Wuhan han proliferado en las últimas décadas, no es casual que coincida con una pandemia, y la aceleración de estas construcciones suscita el temor a nuevas pestes derivadas de escapes más difíciles de prevenir cuanto mayor sea el número. Se trata de experimentos de altísimo riesgo, de utilidad cuestionable sino tienen por fin oculto un objetivo militar, y que por su propia naturaleza de alto secreto hacen probable que, de producirse errores fatales, se oculten y se dificulte toda investigación como ha hecho China con el patógeno responsable del covid.

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