El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, advirtió en septiembre de 2018 que la dependencia a la que había llegado Alemania del gas proveniente de Rusia pasaría factura en el futuro.
«La dependencia de un solo proveedor extranjero puede dejar a las naciones vulnerables a la extorsión y la intimidación, y es por eso que felicitamos a los estados europeos como Polonia, por liderar la construcción de un oleoducto báltico para que las naciones no dependan de Rusia para satisfacer sus necesidades energéticas», dijo Trump en un discurso en la Asamblea General de la Organización Naciones Unidas (ONU) en aquella ocasión.
Las declaraciones del entonces mandatario estadounidense se dieron en aquella oportunidad en medio de la construcción del polémico Nord Stream 2, el gasoducto promovido por Gazprom que conecta a Rusia con Alemania, cuyas dos líneas principales terminaron de edificarse en 2021.
Esta joya de Trump es tan clarividente que jamás lo escucharás en los medios del sistema. Porque recuerda Trump es un loco malvado, y hay que seguir con la brutal campaña de descrédito indefinidamente.pic.twitter.com/AeKshyFSmy
— Capitán Bitcoin (@CapitanBitcoin) March 7, 2022
Ya a mediados de 2018, en una reunión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Trump había señalado que Alemania era “cautiva” de la voluntad de Rusia en esta materia. «Alemania está totalmente controlada por Rusia, porque obtendrán entre el 60 y el 70 por ciento de la energía de Rusia a través del nuevo gaseoducto», apuntó.
Allí el exmandatario norteamericano dejó entrever su molestia por el nivel de financiamiento en el que Estados Unidos había tenido que incurrir para “proteger” tanto a alemanes como franceses de Putin, mientras los Gobiernos de sus países cerraban acuerdos económicos con Moscú. «Creo que esto es muy inapropiado y es algo negativo para la OTAN que no debería suceder», asomó.
Las molestias de Trump no quedaban ahí, pues en esa misma oportunidad le hizo saber al secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, que le disgustaba el hecho de que la propia Alemania solo destinaba el 1 por ciento de su PIB a los asuntos de seguridad y defensa, mientras países como Estados Unidos empleaban más del 4 por ciento del PIB en ello, para estar a la altura de las exigencias de la OTAN.