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EL PARTIDO OFICIALISTA ESTÁ EN ALERTA ANTE EL LASTRE QUE CARGA DE CARA A LAS ELECCIONES

Duque enfrenta la peor crisis institucional en décadas con un rechazo unánime a su gestión

El presidente colombiano, Iván Duque. Europa Press

La situación en Colombia es dramática y el gobierno parece haber perdido el control.

Las sucursales de los bancos Caja Social y  Scotiabank Colpatria, por ejemplo, en el centro comercial ISERRA 100, ubicado sobre una de las avenidas más importantes de Bogotá, tienen sus puertas y ventanas cubiertas por completo, como si estuvieran preparados para resistir el paso de un huracán.

Esto se da como reacción a los actos vandálicos que se vienen presentando desde hace un mes, que nadie ha podido controlar, y que tienen al sistema financiero en la mira.

En la ciudad de Ibagué, capital del departamento del Tolima, pocos manifestantes y un grupo de taxistas lograron bloquear las vías más importantes. Los unos sumándose al paro nacional y los otros exigiendo que se impongan medidas de restricción a la circulación de vehículos particulares.

En la noche del 25 de mayo el palacio de justicia de la ciudad de Tuluá, en el Valle del Cauca, fue incendiado en medio de las protestas y disturbios que instigan los promotores del paro, sin que permitieran al cuerpo de bomberos atender la emergencia. Como estas, hay cientos de historias todos los días a lo largo y ancho del país.

Mientras tanto, el otrora Alto Comisionado para la paz, Miguel Ceballos Arévalo, anunció su candidatura presidencial, habiendo dejado las negociaciones con el autoproclamado comité del paro a medio andar, un proceso de acercamiento con el Ejército de Liberación Nacional y varios proyectos inconclusos, sin que se tenga muy claro qué va a pasar con esa maltrecha oficina, en un país que tiene hoy lugares que se asemejan más a la franja de Gaza que al modelo a seguir que tantos vieron hace poco más de una década.

La última encuesta de INVAMER muestra que la aprobación de la gestión presidencial va en caída libre y estuvo en 17% y 18%, en abril y mayo, respectivamente. Es la más baja desde que se hace esta encuesta en Colombia y no se ve en el futuro cercano que la imagen del primer mandatario pueda mejorar.

Los sectores de izquierda están aprovechando la debilidad del gobierno para obligarlo a ceder, sin reconocer alguna bondad en las medidas que se toman. Las fuerzas políticas de derecha son cada vez más críticas del ejecutivo y hasta en el propio partido oficialista hay mucha preocupación por el lastre que tendrán que cargar al momento de enfrentar las elecciones del próximo año.

La imagen de Álvaro Uribe, reconocido hasta hace poco por amplios sectores de la población como uno de los mejores, sino el mejor, Presidente de la historia; hoy está en empate técnico con la de Duque y se ubica en la citada encuesta en 20%; mientras que la del expresidente Juan Manuel Santos, cuyo acuerdo con las FARC fue derrotado en plebiscito en 2016 y tuvo que entregar el mando al hoy Presidente, candidato de Uribe, en 2018; está en 39%.

El respaldo al Congreso, a la justicia, a los organismos de control y a la fiscalía están en su peor momento y, debido a las denuncias, tantas veces infundadas, sobre el accionar de las fuerzas armadas y de policía; hoy también reciben un impacto negativo en la imagen que de estas tiene la opinión pública.

Hace unos años pocos hubieran podido imaginar la situación en la que estaría Colombia hoy. Atrás quedó la esperanza que tantos vieron con el regreso de un candidato de Uribe a la casa de Nariño. Ya se escuchan muchas voces de rechazo al paro, pero que a la vez critican y se oponen al gobierno. Lo asumen como el mal menor, pero igual un gran mal que ejerce la jefatura del Estado y del gobierno.

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