Se lo dijo muy claramente Donald Trump en su día, en aquella tan comentada cumbre de la OTAN, y todos rieron despectivos o irritados: los miembros de la alianza no pueden seguir confiando en el ‘sugar daddy’ norteamericano y deben apechugar con el gasto común, aumentando considerablemente su presupuesto de Defensa. No hicieron demasiado caso, porque la partida militar es de las más difíciles de justificar ante el electorado en tiempos de paz, y subcontratar su seguridad al Tío Sam les dejaba un jugoso remanente para financiar el cada vez más elefantiásico Estado del Bienestar.
Pero no hay nada como una buena invasión rusa en Europa para espabilar a los más reacios, y ha bastado que Putin empiece a bombardear Ucrania para que Alemania se decida a ampliar el presupuesto de Defensa por encima del 2% del PIB, lo prometido en aquella ya lejana cumbre. «Con la invasión de Ucrania entramos en una nueva era», ha declarado el canciller Olaf Scholz, mientras anunciaba su intención de aplicar un revolucionario cambio político, aumentando drásticamente el gasto en Defensa.
«Alemania destinará este año 100.000 millones de euros a un fondo especial para modernizar el ejército , dijo Scholz el domingo en una sesión especial del Bundestag». Para 2024, el Gobierno gastará al menos el 2% del PIB cada año en Defensa», agregó, aceptando así ese objetivo con el que se comprometieron en el marco de la OTAN en su momento y nunca hasta ahora han cumplido. «El jueves, el presidente Putin creó una nueva realidad con su invasión de Ucrania. Esta nueva realidad requiere una respuesta clara. La hemos dado», añadió.
Es un poco sonrojante que Scholz hable de «nueva realidad» sin una referencia, al menos de pasada, al hecho de que el entonces presidente Donald Trump predijo que llegaría más pronto que tarde, cuando les sermoneó a todos los aliados por su renuencia a pagar la factura común. Una vez más, Trump tenía razón cuando todos se burlaban de él y, una vez más, cuando se cumple al pie de la letra su advertencia nadie tiene la decencia de reconocérselo pública. Oh, Trump, ese loco, ese payaso; menos mal que ha llegado Biden para crear un panorama internacional más seguro.
El jarro de agua helada de la iniciativa bélica rusa ha despertado a la Unión Europea o, como poco, a su «locomotora», Alemania. «Tenemos que preguntarnos qué capacidades tiene la Rusia de Putin y qué capacidades necesitamos para contrarrestar sus amenazas», se preguntó, al fin, Scholz ante el Parlamento alemán, reunido en sesión extraordinaria. «Está claro que necesitaremos invertir mucho más en la seguridad de nuestro país para defender nuestra libertad y nuestra democracia».