«Esto nos permite ver la nueva cara de la locura». Esta ha sido la afirmación del conocido abogado francés Gilles-William Goldnadel después de que la presidenta de la Unión Nacional de Estudiantes de Francia (UNEF), Mélanie Luce, afirmara que las personas blancas estaban excluidas de las reuniones que organizan sobre «experiencias racistas».
En un artículo en el diario ‘Le Figaro’, ha lamentado que estas palabras no hayan provocado ninguna protesta masiva.
El columnista no se quiere imaginar qué hubiera ocurrido si «una organización identitaria hubiera decidido convocar para evocar el sufrimiento blanco encuentros prohibidos a la gente de color».
Así, Gilles-William recuerda las palabras en Twitter de la vicepresidenta del sindicato estudiantil, Hafska Askar, tras el incendio de Notre-Dame, donde decía que esto se trataba de «un delirio de los blancos».
«A pesar de esto, ninguna organización antirracista convencional ha considerado oportuno emprender acciones legales contra una organización que ha evolucionado a través del tiempo desde el izquierdismo de clase clásico al izquierdismo racista«, afirma, al tiempo que señala que «este racismo se ve claramente en el mundo artístico de la extrema izquierda, donde se pueden propiciar insultos racistas impunemente».
El ejemplo se dio cuando el año pasado en los premios César, la actriz Corinne Masiero maldijo a los «católicos blancos» y no se llevó ninguna crítica al respecto.
