Federico Gutiérrez anunció al exministro de vivienda Luis Felipe Henao como jefe de debate de su campaña a la presidencia, algo que hace pensar a muchos que estaría próxima la adhesión del partido Cambio Radical, liderado por el exvicepresidente y expresidente del Congreso, Germán Vargas Lleras, a la campaña de Fico. De hecho, Henao expresó que desde hace varios meses viene apoyando la candidatura de Gutiérrez y que no ve otra opción para Cambio Radical o para Vargas Lleras. “Federico es el candidato que más se identifica con sus propuestas”, expresó Henao.
Todo parece indicar que los partidos Liberal y Cambio Radical, que suman 25 de 108 escaños en el Senado y 48 de 188 escaños en la Cámara de Representantes, elegidos el pasado 13 de marzo; acompañarán a la candidatura presidencial del Equipo por Colombia, a pesar de que algunas de sus facciones han expresado mayor cercanía con el Pacto Histórico. El reciente escándalo por la visita del hermano de Gustavo Petro a las cárceles, en la que presuntamente se habría acordado buscar promover una rebaja de penas y un “perdón social” para los políticos condenados por corrupción, ha obligado a muchos a tomar distancia de esa candidatura.
El senador Roy Barreras, designado coordinador de la bancada parlamentaria del Pacto Histórico, tuvo que salir a pedir a Juan Fernando Petro “que le pida perdón, a propósito del perdón social, a la campaña, a los dirigentes del Pacto y a los colombianos que están ilusionados con el Pacto”.
Por su parte, el mismo Gustavo Petro, buscando alejarse de los cuestionamientos que rodean a quienes lo acompañan, publicó en su cuenta de twitter: “Solicito a Piedad Córdoba suspender todas sus actividades dentro de la campaña, hasta que pueda resolver, ojalá, favorablemente, las indicaciones jurídicas que se le hacen”. Es decir, reconoce que la situación de la senadora electa por su movimiento político, señalada por su cercanía con Chávez y con el régimen de Maduro, cuyo hermano, además, ha sido pedido en extradición por Estados Unidos, hoy le resta apoyo.
Lo cierto es que tanto Petro como Gutiérrez están buscando el respaldo de las fuerzas políticas que se ubican en el centro y hacen de tripas corazón para evitar que las facciones cuestionadas que hoy son cercanas a sus candidaturas tomen protagonismo. Llama la atención que, en ambos casos, integrantes del gabinete del expresidente Santos (2010-2018) han asumido las jefaturas de debate: el exministro Henao y, en el caso de Petro, el exsecretario general de la Presidencia, Alfonso Prada.
Faltando apenas 38 días para las elecciones es poco probable que los demás candidatos logren remontar y es casi seguro que habrá segunda vuelta, escenario en el que Gutiérrez ha remontado y hoy todas las encuestas muestran un empate.
Consultadas varias fuentes de las facciones de derecha, tanto al interior del Partido Conservador, como del Centro Democrático, hay cierto sinsabor con relación a las recientes movidas de Fico Gutiérrez, pues consideran que puede terminar cediendo a la presión, una vez asuma la presidencia, y tomando un camino diferente al que prometió en campaña, tal como alegan ocurrió con el actual Jefe de Estado, Iván Duque. Sin embargo, todos son enfáticos en afirmar que la única opción es apoyar al candidato del Equipo por Colombia, pues los anuncios de Petro y su programa son el mayor peligro para la estabilidad y la democracia colombiana, según consideran.
Expresan también que el reciente auge de Gutiérrez aún no se desprende de la claridad de sus propuestas, sino del temor a Petro y las alianzas que ha buscado, rechazadas ampliamente por la opinión pública, lo que implica que aún puede seguir creciente en intención de voto la candidatura del equipo por Colombia.
Con la tranquilidad de no tener que atraer a la derecha a su causa, Gutiérrez busca vínculos con sectores cercanos al santismo e incluso al Partido Alianza Verde, donde militó su fórmula a la vicepresidencia, para consolidar su candidatura y poder asentarse como el candidato de las instituciones y el respeto por la propiedad privada y la empresa. Esto último vuelve a salir a flote en la campaña, al igual que la reducción de la burocracia y del gasto público, que Gutiérrez promete será de un 10%, igual que lo hizo Duque en 2018. Justo por eso, algunas individualidades lo ven con recelo e incredulidad, pero lo respaldan. “Cualquiera menos Petro”, dicen.