El intelectual francés Éric Zemmour confirmó este martes su candidatura a la presidencia de Francia en 2022 con un emotivo vídeo en el que repasó los problemas actuales de la nación.
Zemmour, al que algunos sondeos situaron -sin haber anunciado oficialmente su candidatura- por delante de la aspirante a la presidencia francesa por Agrupación Nacional Marine Le Pen en una primera vuelta, defiende la tradición francesa y es muy crítico con la inmigración masiva que sufre Francia y el adoctrinamiento del lobby LGTBI -en ocasiones se ha posicionado a favor de expulsar de las escuelas a estos activistas-.
Todo lo que dice, lo dice de manera alta y clara, como que las famosas y numerosas ‘no-go zones‘ -barrios periféricos de grandes ciudades controlados por mafias en las que apenas se atreve a entrar la policía y donde no rige la ley francesa en la práctica- deben reconquistarse «por la fuerza«.
En el vídeo donde presenta su candidatura, Éric Zemmour, con tono solemne y sobrio, repasa las amenazas a las que, en su opinión, se enfrenta Francia: «Caminas por las calles de tu ciudad y no la reconoces. Miras tus pantallas y te hablan en un idioma extraño, en un idioma extranjero. Miras o escuchas carteles publicitarios, series de televisión, partidos de fútbol, películas, programas, canciones y libros de texto de tus hijos, coges el metro y coges trenes, vas a estaciones y aeropuertos, esperas a tu hija o tu hijo en la escuela, acompañas a tu madre a urgencias, haces la cola en la oficina de correos o en la oficina de empleo, esperas en una comisaría o en un juzgado… y tienes la impresión de que ya no estás en el país que conoces», manifiesta.
«No tienes ni que moverte y tienes la sensación de que ya no estás en casa. No has salido de tu país, pero es como si tu país te hubiera dejado. Te sientes extranjero en tu propio país, eres un exiliado desde dentro», añade, al tiempo que deja claro que Francia se encuentra en una situación complicada y que «ya no es tiempo de reformas, sino de salvar el país» y subraya que la inmigración empeora todos los problemas.
Así, explica que necesita el apoyo del pueblo francés para poder lograr una Francia mejor en el futuro… «para que nuestros hijos y nuestros nietos no conozcan la barbarie, para que nuestras hijas no vayan con velo y nuestros hijos no sean sumisos, para que podamos transmitirles la Francia tal y como la conocemos y la recibimos de nuestros antepasados, para que aún podamos conservar nuestro estilo de vida, nuestras tradiciones, nuestro idioma, nuestras conversaciones, nuestros debates sobre la historia o la moda, nuestro gusto por la literatura y la gastronomía, para que los franceses sigan orgullosos de su pasado y confíen en su futuro».