Elon Musk, el carismático cofundador y director de Tesla y uno de los hombres más ricos del mundo, lleva ya tiempo lamentando en redes sociales el clima de cancelación, censura y pensamiento único que domina esas mismas redes sociales, pero ahora se ha dado a sí mismo la ocasión de hacer algo al respecto, al convertirse en propietario del mayor paquete accionarial de Twitter.
Hoy mismo se ha sabido que el magnate ha adquirido el 9,2% de Twitter por casi 3.000 millones de dólares, convirtiéndose en el que corta el bacalao en la red social que se atrevió a expulsar de por vida a un presidente de Estados Unidos en ejercicio, Donald Trump.
La audaz adquisición se produce solo dos semanas después de que Musk criticara la draconiana política de censura «progresista» y consultara a los usuarios de la red social mediante una encuesta qué opinan (opinamos) sobre la actitud de la empresa con respecto a la libertad de palabra.
Numerosos analistas están convencidos de que la maniobra de Musk podría ser un primer paso para acabar haciéndose con la titularidad de la empresa, algo que han debido olerse los inversores, que han querido anticiparse a los acontecimientos, elevando la acción del pajarito azúl, que ya había subido un 25% ante los rumores de una intervención del magnate.
«Musk podría intentar adoptar una postura más agresiva aquí en Twitter», dijo el analista de Wedbush Dan Ives a la cadena norteamericana CNBC. «Esto eventualmente podría conducir a algún tipo de compra».
Elon Musk es ahora el mayor accionista del gigante de las redes sociales, según el Financial Times. Dos semanas antes, Musk planteó una pregunta a los usuarios de la red social: “Dado que Twitter sirve como la plaza pública de facto, no adherirse a los principios de la libertad de expresión socava fundamentalmente la democracia”, tuiteó Musk. «¿Qué debe hacerse?»
Más del 70% opinó (opinamos) que Twitter no se adhiere a los principios de la libertad de expresión. Llegó inmediatamente una riada de comentarios de particulares narrando al CEO de Tesla sus propias experiencias de supresión y censura de Twitter, incluidos tuits sobre las elecciones de 2020 y la pandemia de Covid. «Las consecuencias de esta encuesta serán importantes», advertía en un tuit posterior Musk. «Por favor, vote con cuidado». Y era verdad.
Para muchos de los usuarios de la red, los sufridores de la censura constante y las constantes expulsiones, una de las primeras cosas que debería hacer el fundador de Tesla para recuperar la confianza en el nuevo rumbo hacia la libertad es restaurar inmediatamente la cuenta del presidente cuadragésimo quinto, Donald Trump.