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El Gobierno de México retira una estatua de Colón

La izquierda sigue en guerra contra las estatuas de personajes históricos españoles

El pedestal vacío donde se erguía la estatua del explorador Cristóbal Colón, en Ciudad de México, México. 12 de octubre de 2020. REUTERS/Edgard Garrido

El gobierno de Ciudad de México retiró una importante estatua de bronce de Cristóbal Colón en la capital mexicana y rodeó otra con vallas metálicas antes de la tradicional protesta anual que señala la llegada del explorador a América en 1492 el lunes.

El monumento del navegante del siglo XV, cuyas expediciones financiadas por el Reino de España abrieron la puerta a la conquista europea del continente americano, se alzó durante décadas junto con la figura de cuatro frailes católicos sobre una de las principales rotondas capitalinas.

La alcaldesa, Claudia Sheinbaum, informó que se llevaron la estatua para trabajos de restauración el sábado, pero agregó que también era hora de reflexionar sobre el legado de Colón, desatando especulaciones en los medios de comunicación de que podría no ser devuelta a su lugar.

Varias monumentos con la imagen del explorador han sido retirados de ciudades estadounidenses a raíz de las protestas de Black Lives Matter y el consiguiente revisionismo hitórico de la colonización y la esclavitud.

Sheinbaum y el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ambos del partido izquierdista Morena, sugirieron que las medidas se tomaron, en parte, para evitar que las estatuas fueran vandalizadas o derribadas por los manifestantes. «Es mejor resolver estas diferencias de manera pacífica, no tomar represalias contra estatuas o esculturas», dijo el lunes 12 el presidente en su rueda de prensa matutina.

Anteriormente, el 12 de octubre era celebrado en la mayoría de países latinoamericanos, pero conforme han avanzando las reivindicaciones indígenas se ha convertido en una fecha para señalar el supuesto «genocidio» y siglos de opresión colonial que siguieron a los viajes de Colón.

Por otra parte hay ciudadanos que defienden la estatua y abogan por su colocación otra vez.

Con gran soberbia y desconocimiento de la historia, López Obrador ha insistido en que la monarquía española y la Iglesia Católica deben disculparse por las «atrocidades» cometidas durante la conquista, mientras Sheinbaum ha aclarado que no decidirá de forma unilateral si la estatua vuelve a su pedestal.

También en Quito (Perú) grupos indígenas intententaron derribar una estatua de Isabel la Católica. Algunas personas defendieron la figura hasta la llegada de los efectivos policiales. La policía tuvo que dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos  después de que intentaran prenderle fuego desde la base. Tras una serie de luchas entre policía y los manifestantes la reunión se dispersó.

Desde hace algún tiempo se están derribando estatuas de los exploradores y evangelizadores de Ámerica. No sólo efigies de Colón o Isabel la Católica han sufrido actos de vandalismo, también figuras de Fray Junípero Serra o el propio Cervantes (que nunca pisó suelo americano) han sido víctimas de actos de destrucción y bandolerismo. Este empeño por maquillar la realidad y negar la historia solo certifica una falta general de cultura y un negacionismo que no responde a ninguna realidad.

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