La expresidenta boliviana Jeanine Áñez presenta un cuadro de hipertensión y síndrome ansioso depresivo, según ha determinado un chequeo médico realizado este miércoles, para el que la exmandataria ha tenido que abandonar durante una hora la cárcel en la que se encuentra.
Áñez ha sido trasladada desde la prisión de Miraflores al Hospital del Tórax en la capital de Bolivia, La Paz, para las pruebas después de que así lo recomendase el Instituto de Investigaciones Forenses.
El director del Régimen Penitenciario de Bolivia, Juan Carlos Limpias, ha informado de que la exmandataria se encuentra «estable», si bien padece «hipertensión» y «depresión», según los estudios en el centro hospitalario donde ha sido atendida por un cardiólogo especialista.
«Se ha recomendado medicación, pero no ha habido necesidad de que sea internada», ha explicado, para precisar también que Áñez requerirá unos «estudios» que se realizarán este jueves en la cárcel, según recoge el medio boliviano ‘El Deber’.
Al respecto, la defensa de la expresidenta ha criticado que esta haya vuelto a la cárcel tras llevarse a cabo estas pruebas, puesto que considera que eran necesarios otros chequeos para garantizar su estado de salud.
«Lo único que le han hecho es una valoración, pero fue derivada para que se le haga una valoración cardiológica, un examen psiquiátrico y un examen de sangre, solamente la han revisado y después la han devuelto», ha lamentado la abogada Norka Cuéllar.
Áñez lleva en prisión preventiva desde el 15 de marzo, acusada de sedición, terrorismo y conspiración por el régimen de Luis Arce por su rol en el marco de la crisis postelectoral de 2019 desatada por el fraude perpetrado por Evo Morales.
Desde abril las autoridades y su familia han informado de problemas de salud de la mandataria, que este miércoles la han llevado a realizarse estas pruebas.