Colombia en la mira, las condiciones estĂĄn dadas para que el Foro de Sao Paulo se apodere el año que viene de la naciĂłn neogranadina, como lo hizo recientemente con PerĂș y como pareciera que ocurrirĂĄ en noviembre con Chile. Si Colombia cae en sus garras, seguramente caerĂĄ toda la regiĂłn porque Colombia representa el Ășltimo muro de contenciĂłn contra el avance del castro-chavismo en el continente.
Ahora bien, a diez meses de la primera vuelta presidencial en Colombia, âel senador y jefe del partido Colombia Humana, Gustavo Petro, encabeza las encuestas de intenciĂłn de voto para las elecciones que definirĂĄn al prĂłximo jefe de Estado en 2022. AsĂ lo evidencian los resultados del mĂĄs reciente estudio PercepciĂłn PaĂs, realizado por EcoAnalĂtica y que se conociĂł el pasado jueves.
El sondeo viene a ratificar la reciente encuesta de Invamer, segĂșn la cual Gustavo Petro encabeza la intenciĂłn de voto con mĂĄs del 30 por ciento, seguido del tambiĂ©n izquierdista Sergio Fajardo, con el 14 por ciento de aceptaciĂłn. En ambos sondeos, la imagen negativa del presidente IvĂĄn Duque supera el 50 por ciento.
Al igual que en otras naciones del continente, la percepción sobre la gestión gubernamental se vio empañada por el impacto económico de la pandemia; pero en el caso de Colombia se añade la pérdida de casi cuatro puntos del Producto Interno Bruto (PIB) debido a la destrucción causada por las protestas vandålicas promovidas por Petro y sus aliados.
Estas cifras no pueden considerarse como absolutas porque la izquierda tiene candidatos, pero el centro-derecha no, y muy posiblemente apenas se decante un candidato en este sector, los porcentajes sufrirĂĄn variaciones.
En todo caso, las condiciones estån dadas para que el Foro de Sao Paulo se apodere el año que viene de Colombia.
Por lo tanto, urge que los partidos de centro-derecha escojan cuanto antes un candidato Ășnico que comience ya a explicar, exponer su propuesta al paĂs, que detalle las polĂticas a impulsar para allanar la necesidad mĂĄs sentida por los colombianos: la generaciĂłn de empleos y el crecimiento econĂłmico. Y segundo, concientizar a los ciudadanos sobre los peligros de entregarle el paĂs al Foro de Sao Paulo, usando como ejemplo los casos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, naciones donde los ciudadanos viven secuestrados y sus economĂas destruidas a tal punto que cada vez son menos los productos y servicios a los que pueden acceder, sin ni siquiera la posibilidad de protestar abiertamente por ello, ya que de hacerlo son perseguidos, apresados y torturados. Mismo camino que comienza a transitar PerĂș.
Del lado del Gobierno y del Congreso, urge que se aprueben las reformas sociales para aliviar la pobreza, que los efectos de la pandemia incrementaron a mĂĄs del 40 por ciento de la poblaciĂłn colombiana. En este sentido, el expresidente Uribe ha estado insistiendo pĂșblicamente en la necesidad de aprobar dichas reformas, so pena de perder la democracia.
Finalmente, los sectores democrĂĄticos de Colombia deben prepararse para la posibilidad cierta de un fraude que se ha convertido en un modus operandi de la izquierda asesorada por el Foro de Sao Paulo. El caso reciente de PerĂș debe servir de ejemplo, puesto que, en una elecciĂłn reñida, la diferencia la hacen unos testigos de mesa bien entrenados y motivados. La sociedad civil debe activarse desde ahora para crear una red ciudadana por la defensa del voto. No basta con llamar a elecciones, hay que prepararse para defender hasta el Ășltimo que se emita.
Como dice el politĂłlogo boliviano Carlos SĂĄnchez BerzaĂn, la confrontaciĂłn del siglo XXI en las AmĂ©ricas de libertad contra dictadura no es una disputa ideolĂłgica ni polĂtica sino existencial. Es un deber impedir que el horror del castro-chavismo se instale en Colombia y, por ende, en la regiĂłn.