Un grupo liderado por Juan Guaidó ha denunciado que las «condiciones infrahumanas» en las que viven los profesores universitarios en Venezuela han provocado «muerte, desolación y diáspora» en el gremio.
«Levantamos nuestra voz a todas las instancias internacionales (…) sobre esta tragedia de aniquilamiento de parte del régimen de Maduro contra el sector universitario. Debemos hacer todo el esfuerzo posible para recuperar un nivel de vida digno para nuestros docentes«, ha señalado en un comunicado la exdiputada Mildred Marrero.
Asimismo, Marrero ha criticado los salarios de los profesores universitarios catalogándolos como «miserables y de muerte».
El pasado mes de diciembre, el Observatorio de Universidades (OBU) de Venezuela ya denunció que el salario máximo de un profesor universitario en el país caribeño es de once dólares al mes y el salario mínimo es de alrededor de siete dólares. “El salario máximo va en algunos países desde 2.000 dólares hasta 7.000 dólares en Chile, en Venezuela es de once dólares”, ha escrito la organización en su cuenta de Twitter.
Por otra parte, la exparlamentaria Tamara Adrián ha asegurado que «la situación de los profesores limita la capacidad de enseñanza y a eso se le suma la ausencia de bibliotecas actualizadas y medios electrónicos que permitan la formación de los estudiantes».
Así, Adrián ha recordado la importancia de tener un gran nivel universitario para el crecimiento de un país: «Para el desarrollo de un país es indispensable que existan universidades con altísimo nivel educativo y para ello se necesitan profesores que tengan las capacidades y estén bien remunerados», ha aseverado la exparlamentaria.
El presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV), Víctor Márquez, también se ha sumado a las críticas: «La crisis de los docentes y de toda la universidad venezolana tiene que ver con una “estrategia” para tomar “la institucionalidad universitaria”.
“Hoy quienes laboramos en el ámbito universitario tenemos un ingreso que está por debajo de la canasta alimentaria, afectando la calidad de vida y la salud. Esta política ha generado una fuga masiva del recurso humano, afectando a los procesos de docencia, investigación y extensión», ha añadido.
«Esta destrucción de la sociedad del conocimiento pone en serio peligro el futuro del país», ha concluido Márquez.
