SegĆŗn el Ćŗltimo estudio de Rhodium Group, China emite mĆ”s gases responsables del Efecto Invernadero -los supuestamente responsables de la āemergencia climĆ”ticaā- que todos los demĆ”s paĆses desarrollados juntos.
A China le estĆ” saliendo todo rodado Ćŗltimamente. Ha conseguido que de una de sus ciudades (famosa por albergar un laboratorio de manipulación vĆrica) haya salido la peste que ha provocado millones de muertos y ha paralizado al planeta y que no se le reproche oficialmente; mĆ”s: ser el Ćŗnico paĆs de la OCDE cuyo PIB ha crecido en 2020. El Foro de Davos le saludó hace unos aƱos como el mesĆas del libre comercio manteniendo un mercado interno estrictamente controlado y dirigido. Ha contribuido a poner a su hombre en la Casa Blanca sin que nadie con algĆŗn peso hable de āinjerencia chinaā en las elecciones norteamericanas como se habló, sin parar, de la āinjerencia rusaā en las que auparon a Donald Trump. Y ahora, despuĆ©s de sermonear a sus rivales para que reduzcan la emisión de gases contaminantes a riesgo de entorpecer su crecimiento, se permite emitir mĆ”s contaminación que todos ellos sumados. Y sin que Greta le haya puesto nunca a Xi Jinping la cara que le puso a Trump.
En 2019, sus emisiones de gases contaminantes, de los que presuntamente van a llevar al planeta a un holocausto climĆ”tico y nos van a obligar a los occidentales a comer hormigas y a ser felices sin poseer nada, ya son mĆ”s que las del resto del planeta, al menos de los paĆses desarrollados, segĆŗn la consultora energĆ©tica Rhodium Group, un 27% del total (Estados Unidos, primer economĆa mundial, emite el 11%; el tercer paĆs que mĆ”s emite, India, es responsable del 6,6%).
Durante la pandemia, cuando la producción y, por tanto, las emisiones de gases contaminantes cayeron en todo el mundo, en China aumentaron un 1,7%.
Lo divertido del asunto es que China, India y otros paĆses en desarrollo llevan aƱos sosteniendo que son los europeos y los norteamericanos los que deben apretarse el cinturón y pagar la factura de las emisiones salvajes que ellos, como paĆses en vĆas de industrialización, tienen todo el derecho del mundo a producir para ponerse al dĆa. Teniendo en cuenta que China es la segunda potencia económica mundial y que en pocas dĆ©cadas pasarĆ” a ser la primera, no deja de ser paradójico que pida a rivales mĆ”s pobres que le paguen la fiesta.
El lĆder chino Xi Jinping participó el mes pasado en la cumbre del clima virtual organizada por el presidente Biden y aseguró que su paĆs empezarĆ” a reducir sus emisiones a partir de 2030 y alcanzarĆ” el nivel cero a mediados de siglo. āProteger el medio ambiente es proteger la productividad, tan simple como esoā, declaró en su momento Xi, expresando su voluntad de cooperar con Estados Unidos y la comunidad internacional para alcanzar esos objetivos.
China, conviene recordar, es miembro del Pacto de ParĆs, el acuerdo internacional de reducción de emisiones de gases invernadero del que se retiró Donald Trump en 2019, y que en esencia es una serie de transferencias netas de capital de los paĆses occidentales a China e India.