«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Las vinculaciones de la 'ONG' con el narcocomunismo

La Fundación Internacional de DDHH: el ‘chiringuito’ globalista que ataca a VOX y premia al corrupto Lula

El expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el expresidente brasileño Lula da Silva. Europa Press

Nuevo ataque a VOX procedente del ‘entramado globalista’. La denominada ‘Fundación Internacional de Derechos Humanos‘ (FIDH) ha publicado un tuit contra la formación que dirige Santiago Abascal. «VOX no es una opción legítima», ha comentado la cuestionada ‘ONG’ en la red social.

Sorprende que una ‘ONG’ que se define en el Boletín Oficial del Estado (BOE) como un medio de difusión y promoción «de los principios y valores contenidos en la letra y el espíritu de la Declaración Universal de los derechos Humanos», considere necesario realizar tal ‘declaración’ de intenciones, tan contraria a la defensa de los Derechos Humanos como es deslegitimar el voto a un partido legal y que es la tercera fuerza política en España. Pero, ¿qué es realmente la FIDH y quiénes están detrás de esta fundación?

Pese a que la citada organización dispone del tick azul en Twitter, una verificación que la red social concede ‘a dedillo’ y habitualmente a aquellos que no se desvían del aceptado ‘discurso oficial’, y comparte el mismo logo y colores que la ‘Declaración Universal de Derechos Humanos’ (DUDH), es un organismo aparte que ni siquiera comparte la web oficial de la DUDH y que, según el BOE, fue constituida en 2013 por Jaime Urgell y María Claudia Cambi -la DUDH se proclamó el 10 de diciembre 1948-.

La Fundación y su dudoso origen y creación fue denunciada en el año 2019 por el twittero ‘Cerni_report’, en un detallado hilo en el que deja constancia de los orígenes de la ‘ONG’ y que ha recuperado este jueves el Vicepresidente de Acción Política de VOX, Jorge Buxadé.

Según el citado hilo y tal y como se puede comprobar en la web oficial de la Universidad Complutense de Madrid, la FIDH tiene un acuerdo marco firmado con este centro de estudios con el que ha organizado algunas actividades educativas de difusión de los Derechos Humanos. Según los estatutos de la Federación, otra de sus actividades tiene que ver con la organización del premio ‘Nicolás Salmerón de los Derechos Humanos’, un ‘galardón’ que ha otorgado a personalidades como el expresidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero, convertido en esbirro de las narcodictaduras bolivarianas, o el expresidente corrupto de Brasil Lula da Silva, ambos integrantes del Grupo de Puebla.

El currículum de los fundadores de la FIDH no deja mucho lugar a la imaginación, ni a las dudas de las relaciones de esta organización con comunistas y globalistas.

Su actual presidenta es la argentina María Claudia Cambi. En su blog personal escribe ‘lindezas’ como la defensa de la nacionalización de YPF, la calificación de la Conquista de América como un ‘genocidio’ español al que llega a comparar con el ‘genocidio nazi’ y la alusión, en repetidas ocasiones, a vídeos o comunicaciones del fundador de Podemos Juan Carlos Monedero.

Cambi, presidenta de esta ‘Fundación Internacional de los Derechos Humanos’, llega incluso a defender a uno de los mayores violadores de los Derechos Humanos de la Historia: Hugo Chávez. En su muro de Facebook, Cambi pide ‘compasión y respeto’ para el tirano en el día de su fallecimiento.

El carácter comunista y globalista de la FIDH no se limita a María Claudia Cambi, su antecesor en la presidencia de la organización fue Jaime Urgell, militante del Partido Socialista y acérrimo seguidor de la expresidenta andaluza Susana Díaz a la que se refería en uno de sus tuits. «En cualquier circunstancia, estoy con nuestras ideas, estoy con mi compañera Susana Díaz y con mi partido, el PSOE de Andalucía. Máximo respeto hacia la voz de la ciudadanía expresada en las urnas», apuntaba en la red social en el año 2018 en un mensaje que acompañaba con una fotografía con Díaz.

Antes de militar en el PSOE y alardear de su amistad con la expresidenta socialista, el fundador de la FIDH buscó réditos de formas menos habituales. En el año 2006, en una manifestación por la vivienda, trepó por los Juzgados Centrales de lo Contencioso-Administrativo, ubicados en Gran Vía, para cambiar la bandera de España que colgaba de la fachada por una tricolor. En aquel momento fue condenado a una multa de 1.260 euros, que se negó a pagar.

El fundador de la FIDH no solo militó en el PSOE, anteriormente, qué sorpresa, integró las filas del Partido Comunista. Como su compañera Cambi, Urgell también es seguidor de otro de los grandes defensores de los DDHH (entiéndase la ironía): Stalin.

Por si quedaban dudas del origen y objetivo real de la FIDH, a los motivos anteriormente citados se suma la defensa que también hizo de los golpistas catalanes en el juicio del Procés. En 2019 la organización emitió un informe en el que consideraban que el juicio «no había sido justo» y que había incurrido en «irregularidades».

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