La Fiscalía de Alemania está investigando como un atentado islamista el ataque perpetrado en noviembre por un sirio en un tren de alta velocidad, suceso que se saldó con cuatro heridos, y que se achacó en un principio a los supuestos problemas mentales del agresor.
Cuatro meses después del ataque, un portavoz judicial ha confirmado que existen “graves indicios de un trasfondo islamista” en el crimen y ha agregado que debido a la especial importancia del caso se ha hecho cargo de la investigación la Fiscalía de Karlsruhe.
Según informaciones a las que tuvo acceso la agencia alemana de noticias DPA, los investigadores parten ahora de la base de que el joven de 27 años rechaza el Estado democrático occidental y el sistema social de Alemania.
Asimismo, consideran que el sospechoso siente desprecio por los alemanes y sólo quiere convivir con otros musulmanes “ortodoxos” en un Estado orientado según la ley islámica, según se desprende de otras declaraciones de testigos que lo conocen.
Asimismo, se ha encontrado entre sus posesiones material de propaganda de la organización yihadista Estado Islámico en el que se insta a cometer atentados. El hombre, que se encuentra detenido, está acusado de dos cargos de intento de asesinato, intento de homicidio y lesiones corporales intencionadas.
El joven musulmán atacó e hirió a cuatro hombres de entre 26 y 60 años en el tren ICE de alta velocidad entre Ratisbona y Núremberg el pasado 6 de noviembre. Inmediatamente después, el diario Bild señaló que el agresor había mostrado indicios de padecer un trastorno psiquiátrico. Según este medio, las autoridades trabajaron con la hipótesis de que no había una motivación terrorista detrás del ataque, algo que ahora ha cambiado radicalmente.