«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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ASÍ SE MANTIENE EL CHAVISMO EN EL PODER

La fórmula Borrell-Zapatero-Biden de apaciguamiento reanima al sistema chavista

Dicho está, al menos en esta tribuna, que es imposible entender la realidad venezolana y combatir al chavismo destructor sin hacer las Tres renuncias analíticas:

1.- Renunciar a ver al chavismo como una organización política para poder entenderla como lo que es: una organización criminal.

2.- Renunciar a los métodos políticos para desplazar al chavismo del poder, puesto que al ser una organización criminal su desplazamiento requiere métodos policiales y militares. De fuerza, en pocas palabras.

3.-Renunciar a ver como opositores genuinos al chavismo a todos aquellos actores que asuman al régimen como organización política y que propongan soluciones diplomáticas donde solo caben las opciones armadas.

Partiendo de allí, es claro que tenemos en Rodríguez Zapatero a una conveniente estafeta del régimen chavista ante Europa, una especie rara de “canciller in péctore” al cual, según acusaciones de la exsenadora chavista colombiana Piedad Córdoba, se le paga con los rendimientos de la concesión de una mina en el Arco Minero venezolano de la cual sería depositario.

De hecho, el escándalo del “Caso Morodo”, donde el exembajador de Zapatero en Venezuela y su hijo son señalados de recibir sobornos de la estatal petrolera venezolana PDVSA, se une a la estela de corrupción que dejaron las negociaciones de José Bono desde su cargo de Ministro de la Defensa en la venta al propio Chávez de equipamiento militar naval a través de la quebrada empresa Navantia. Sociedad que logró reflotarse gracias a las ventas al chavismo, para beneplácito del sindicato controlado, para entonces, por la Izquierda Unida dirigida por el cogobernante Gaspar Llamazares en la legislatura del 2004.

Son tantos los indicios y tantas las pruebas, que uno no puede sino asombrarse por el asombro de los neófitos en el tema.

¿Qué decir de Borrell? Poco más. El campeón de las derrotas y de los desatinos en su carrera partidista, fue entronizado como Ministro de Exteriores del gobierno chavista español en 2018, donde sirvió por un año, hasta aterrizar en el ejecutivo europeo como Alto Representante de Asuntos Exteriores. Una de las tareas principales de ese movimiento era garantizar la política de la UE hacia los aliados comunistas en la Iberosfera. Esto es, mantener las acciones alcahuetas con el régimen castrista cubano, sosteniendo las políticas de inversión europea en la isla. Apoyar las opciones socialistas en la región. Y por supuesto, mantener oxigenado al sistema chavista.

El oxígeno necesario hecho en casa

Y cuando se dice sistema chavista, se dice no solo régimen chavista. Se dice más, pues el sistema chavista es una mesa de tres patas, donde el régimen dirigido hoy por Maduro es solo una pata. Las otras dos son respetadas, toleradas, auspiciadas e invitadas al lecho en España: la oposición falsaria y prostibularia y la boliburguesía.

La oposición falsaria y prostibularia, hoy dirigida por Juan Guaidó y representada por elementos inicuos e inocuos como Leopoldo López, Henrique Capriles o Julio Borges, ha hecho todo lo posible, cada vez que ha tenido oportunidad, por mantener al chavismo en el poder. Es que esa es su labor en el sistema chavista: ser el tanque de oxígeno del régimen, nunca intentar sustituirlo si dicha sustitución pone en riesgo al sistema. Por eso, mientras no se solidifique al sistema hasta hacerlo inamovible (como irreversible hizo Fidel al comunismo en Cuba, constitucionalmente y aceptado por el mundo), la “oposición” no ganará jamás unas elecciones presidenciales.

Luego, la boliburguesía es el factor que une y mantiene aceitada la maquinaria del sistema. Sus más connotados representantes son los millonarios listados en Forbes Lorenzo Mendoza Fleury, Gustavo Cisneros Rendiles y Juan Carlos Escotet Rodríguez, quienes durante el chavismo no han perdido ni un centavo de sus fortunas ni han visto retroceder sus negocios. Muy por el contrario, los tres han visto desaparecer a sus competidores, confiscados o quebrados. En el caso de Escotet, logró pasar de ser un simple corredor de bolsa con suerte de copropietario de caja de ahorro, al rico más rico de Venezuela según la revista Forbes, que coloca su fortuna por encima de las fortunas de Mendoza y Cisneros juntas. Todo eso, logrado desde que Chávez llegó al poder.

Los tres mantienen importantes inversiones en España y las aderezan con lazos de amistad al más alto nivel. Según el diario El Mundo, en un reportaje lisonjero y poco documentado pero dispendioso en elogios a los aludidos, Escotet forma parte de la corte de amigos del rey emérito, mientras Mendoza frecuenta la corte del actual rey. Cisneros y su esposa Patricia han sido inversionistas en España y socialité por largo tiempo.

¿Cuál es el papel de la boliburguesía? Pues hacer negocios a la sombra del Estado chavista, mayormente por vías corruptas y actuando en sociedad con personeros del régimen de una u otra forma. Esto puede ser, aprovechar los beneficios del control cambiario para acceder a divisas a precios preferenciales, tener acceso a contrataciones con el Estado sin que medien licitaciones o subastas, ser beneficiario de favores que a otros se les niega (concesiones, permisos, licencias, etc.). Todo esto lo recibe la boliburguesía a cambio de guardar silencio frente a los desmanes que el régimen comete contra empresarios no alineados, que al ser renuentes a jugar el juego impuesto, terminan expropiados, confiscados, desplazados y arruinados. Es otra ventaja para la boliburguesía que ve desaparecer fácilmente a sus competidores.

Pero esas ventajas del boliburgués tienen precio. En primer lugar, esos empresarios tienen el deber de defender públicamente al sistema, nacional e internacionalmente. Así, se les ve en ruedas de negocios o “mesas de diálogo” donde el régimen convoca a los empresarios. Asumen posiciones ligeramente críticas para guardar el tipo, pero siguen jugando el juego y estrechando la mano del tirano y sus secuaces. Y además, para conveniencia del sistema, son los principales financistas de esa oposición falsaria que el régimen necesita para sostener el entramado, participando en los simulacros electorales donde se reparten gobernaciones, alcaldías y otras posiciones, a destajo y siempre a conveniencia del régimen.

Si un grueso de la oposición se niega a participar en alguna elección, esa boliburguesía financiará a algún candidato que participe. Si toda la oposición falsaria participa, toda tendrá ingentes recursos para pagar su campaña. Gracias a esa boliburguesía que le hace al sistema el favor de mantener aceitada la correa electoral que haga ver al mundo una ilusión de democracia.

El oxígeno importado

Todo lo anteriormente relatado debería ser conocido –y estoy seguro de que lo es– por las cancillerías de Europa y por el Departamento de Estado de los EEUU. Así debe ser, a menos que estemos hablando de ciegos, tontos, incapaces y/o cómplices necesarios.

Toda la boliburguesía tiene cuentas, negocios y residencias en EEUU. Los que han sido sancionados por sus andanzas, han partido a buscar refugio más que seguro en España, donde puede vérseles viviendo en las más exclusivas urbanizaciones en costosas residencias. Invirtiendo en bancos, en negocios inmobiliarios, etc.

Y hoy vemos en los titulares las noticias que llegan de Venezuela: los opositores falsarios plantean “condiciones” para participar en las próximas elecciones y el régimen se las ha otorgado. Esa misma oposición falsaria dice que si el régimen concede algunas cosas, EEUU y Europa deberían levantar las sanciones impuestas a personajes, empresas e instituciones de las tramas de narcotráfico, corrupción y legitimación de capitales. Es decir: de forma abierta se plantea que la oposición falsaria seguirá jugando el juego del régimen y volverá al redil de la participación en el fraude electoral, a cambio del perdón de los pecados cometidos en el proceso de falsa rebeldía del “gobierno interino” de Guaidó. Todo eso, se muestra como aval suficiente a su vez para que cesen las sanciones que tanto afectan al sistema. Al sistema entero, no solo al régimen.

¿Lo saben EEUU y Europa? Claro que lo saben. ¿Por qué lo permiten? Explicaciones varias. EEUU lo permite porque no tiene más remedio. No hay una oposición genuina a la cual reconocer si se deja de tratar como legítima a la oposición falsaria. No hay un interés vital en EEUU que obligue a algún tipo de intervención directa como en otros tiempos, donde un desembarco de marines eche por tierra al régimen y establezca una nueva situación. No existen tampoco unas fuerzas armadas entrenadas por EEUU o con sintonía hacia la política de ese país, que intervenga para manu militari poner fin a ese régimen. Y no existe además ánimo en el ejecutivo de izquierdas de Biden por ir más allá del dejar hacer y dejar pasar en el caso venezolano.

En cuanto a Europa, las cosas son más dramáticas, porque el intermediario para la política de la unión hacia Venezuela es el gobierno chavista español. Se le cree entonces a Zapatero y a Borrell, que es lo mismo que creerle a Maduro. Se sostiene que es viable la búsqueda de una solución política, se reconoce a una oposición falsaria a la que se le exige además “alejarse del extremismo” y “abrirse al entendimiento” con un régimen que trafica con drogas y tortura hasta la muerte a opositores. Para eso, tienen a los expertos noruegos que convencieron al mundo de que una “justicia transicional” en Colombia permitiría que las FARC dejaran las armas y el narcoterrorismo para pasar a hacer política. No pasó ni lo uno ni lo otro. Pero se sigue confiando en las soluciones a la noruega.

Es evidente que en Venezuela todo empeorará. Seguirá Maduro en el poder y cobrarán su acción tanto los negociantes como sus intermediarios, llevándose la mayor parte del pastel los grandes conglomerados empresariales sin escrúpulos, esos que no tienen pudor en establecerse en Cuba para promover el turismo sexual en nombre del capitalismo que se sirve de las tiranías comunistas.

Que Dios proteja a Venezuela.

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