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La anterior reforma agraria, adelantada durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado, devastó la economía peruana

La reforma agraria propuesta por Pedro Castillo aviva temores de expropiaciones masivas en Perú

El Presidente izquierdista de Perú, Pedro Castillo. REUTERS

El comunista Pedro Castillo lanzó este domingo la denominada “segunda reforma agraria” en Perú, cuyo objetivo es el desarrollo de la agricultura mediante tecnología, asesoramiento técnico y vías de comunicación, no obstante, provoca temores entre las empresas agrícolas ante posibles expropiaciones, en una coyuntura dominada por la hostilidad del nuevo gobierno peruano hacia las empresas privadas.

«Quiero dejar muy en claro que esta segunda reforma agraria no busca expropiar tierras ni quitar derechos de propiedad de nadie», aclaró Castillo este domingo, antes de decir que su gobierno plantea poner al Estado «al servicio» de los agricultores «relegados durante décadas, gobierno tras gobierno», dijo Castillo en una presentación realizada en la explanada de Parque Arqueológico Sacsayhuamán, acompañado de su cuestionado primer ministro, el comunista Guido Bellido, investigado por los presuntos delitos de apología al terrorismo y lavado de dinero.

Durante su discurso, el socio de Evo Morales y Nicolás Maduro anunció cinco medidas en apoyo a la agricultura familiar, comunera y cooperativa, comentando que su gestión impulsará un gabinete de Desarrollo Agrario y Rural, el cual presidirá.

“Estará conformado por los ministerios productivos, de infraestructura y de desarrollo social, contará con participación de gobernadores regionales y locales. Desde este gabinete se diseñarán y se impulsarán las políticas para el desarrollo rural y agrario de nuestro país”, detalló el exsindicalista vinculado a organizaciones fachada del grupo terrorista Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL).

Una reforma que divide a los peruanos

Aunque el Gobierno izquierdista ha insistido en el carácter «técnico» de esta política estatal, eso no ha evitado que surjan temores entre los empresarios agrícolas por la clara vinculación que tiene esta decisión de Castillo con la reforma agraria emprendida durante el denominado “Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas”.

El 3 de octubre de 1968, el Presidente peruano Fernando Belaunde fue derrocado por el general Juan Velasco Alvarado, que instaló una dictadura militar de corte socialista en el Perú, la cual duraría doce largos años. Precisamente, este domingo 3 de octubre, Castillo lanzó la “segunda reforma agraria”, haciendo un guiño al dictador Velasco, una figura que divide al Perú, pues si bien acabó con los abusos que sufrían los campesinos y trabajadores en el campo, su política revanchista violó la propiedad privada y frenó el desarrollo de la agricultura, sumiendo al país en una profunda crisis económica.

“Lejos de ser una gran reforma, fue nociva para el Perú.  Su objetivo fue acabar con el régimen del latifundio, que era visto como un problema debido a que no se aprovechaba la totalidad de la tierra y se presumía que había mucho poder de negociación entre el dueño y el trabajador. Para ello se buscó cambiar la estructura de la titularidad de tierras del país. ¿Cómo se hizo? Se expropiaron los latifundios y también predios de menor tamaño, los cuales ascendieron a 10 millones de hectáreas. Estas haciendas fueron sustituidas por cooperativas agrarias, manejadas por los trabajadores organizados, que debían continuar con la producción. Sin embargo, pronto aparecieron los problemas que tuvo esta medida”, asegura Raúl Labarthe, economista y director del portal El Reporte.

De acuerdo con Labarthe, la reforma agraria provocó que el Perú terminara importando más alimentos de los que exportaba, estancándose la producción agrícola por más de 25 años. Además, las políticas de expropiación impulsadas por Velasco y su camarilla -entre los que se encontraba el exguerrillero Héctor Béjar, nombrado canciller por Pedro Castillo-, generó mucha desconfianza, por lo que las inversiones privadas en el sector desaparecieron.

“Antes de la reforma agraria, el Perú exportaba más alimentos de los que importaba. Entre 1970 y 1985, la pobreza en el Perú subió 7 puntos porcentuales, de 35 a 42%. Ya para fines de la dictadura militar, el Perú pasó a importar muchos más alimentos que los que exportaba. ¿Por qué cayeron las exportaciones? Porque la producción agrícola, que venía creciendo entre 1950 y 1965, se estancó por más de 25 años por culpa de la reforma agraria. Solo a partir de los años 90, con el cambio del modelo económico, es que existió nuevamente la confianza para invertir en el sector agrario y recuperarlo. Los salarios se recuperaron y miles de peruanos pudieron salir de la pobreza trabajando en este sector”, añade.

Amenazas de expropiación

El jefe de gabinete de Pedro Castillo, Guido Bellido, amenazó el pasado domingo 26 de setiembre con nacionalizar el yacimiento de gas natural de Camisea si la empresa explotadora y comercializadora de este combustible no renegocia el reparto de utilidades a favor del Estado.

“Convocamos a la empresa explotadora y comercializadora del gas de Camisea, para renegociar el reparto de utilidades a favor del Estado, caso contrario, optaremos por la recuperación o nacionalización de nuestro yacimiento”, señaló a través de una publicación en Twitter.

La amenaza de Bellido se enfrenta a la posición del ministro de Economía, Pedro Francke, -un izquierdista “moderado” cercano a Verónika Mendoza, aliada de Pablo Iglesias y Podemos– y la del propio Pedro Castillo, quienes en su reciente gira internacional aseguraron que el actual Gobierno izquierdista no tiene planes de expropiar.

No somos comunistas, nosotros no hemos venido a expropiar a nadie, nosotros no hemos venido a ahuyentar las inversiones, por el contrario, llamamos a los grandes inversionistas, los empresarios para que vayan al Perú, para que lleguen al Perú”, manifestó Castillo ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) desde Washington.

A pesar de este discurso para generar confianza y mantener la calma de los inversionistas, Castillo expresó el pasado 13 de septiembre su intención de “recuperar” el yacimiento del gas de Camisea -ubicado en el Cuzco-, uno de sus principales ofrecimientos cuando era candidato a la presidencia, y que mencionó el pasado 29 de julio en la ceremonia simbólica de asunción al mando en la Pampa de la Quinua, evento al que asistieron su socio Evo Morales y el presidente argentino Alberto Fernández.

“Nos vamos a comprar el pleito de recuperar el gas de Camisea para todos los peruanos”, dijo en un breve discurso en la plaza mayor de la ciudad de Chota, su provincia natal.

“Muchos no quieren, hay personas que no quieren ver el desarrollo del país, porque se han acostumbrado a decir que estamos en un crecimiento económico y ya es tiempo de que el crecimiento esté equilibrado con el desarrollo del país”, agregó.

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