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Opositores venezolanos han sido cómplices de las maniobras

La reunión entre el chavismo y emisarios de Biden: un episodio más de una larga historia para blanquear al régimen de Maduro

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, REUTERS/Fausto Torrealba

Aunque muchos quedaron sorprendidos por la visita de una delegación norteamericana a Venezuela para negociar con Maduro, en realidad todo esto se trata de la continuación de una estrategia que lleva años desarrollándose, en la cual participan funcionarios norteamericanos, dirigentes opositores y el régimen de Maduro.

Para comprobarlo, basta recordar que, en mayo de 2014, Estados Unidos decidió no sancionar al régimen de Maduro por pedido de dirigentes opositores, según lo expresara la entonces funcionaria del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, a un sorprendido senador demócrata Bob Menéndez.  

En octubre de 2015, connotados dirigentes opositores fundaron un instituto en Washington, para recaudar fondos, con el fin de invertir nada menos que en Cuba. “La vinculación del venezolano Centro para la Democracia y el Desarrollo en las Américas (CDDA) con la denominada Cumbre de Cuba está levantando suspicacias en Miami y Washington, particularmente entre quienes llevan años denunciando el gradual desmantelamiento de las instituciones democráticas de Venezuela a manos del chavismo”, escribió entonces el periodista Antonio Maria Delgado en El Nuevo Herald. El negocio naufragó cuando, en lugar de ganar Hilary Clinton las elecciones presidenciales de diciembre de 2016, triunfó Donald Trump.

En mayo de 2019, el portal Al Navío reveló que se habían desarrollado conversaciones secretas entre el régimen de Maduro y la oposición, facilitadas por Noruega, para levantar las sanciones a los chavistas. La oposición lo negó reiteradamente y hasta se dedicó a insultar a quienes denunciamos este intento de diálogo, pero la verdad terminó imponiéndose.

En agosto de ese mismo año, el régimen de Maduro y la oposición retomaron el diálogo, esta vez en Barbados, preludio del que luego se instauró en México. Una vez más, la oposición negó los acercamientos con Maduro pero la verdad terminó saliendo a la luz.

En febrero de 2020, el régimen de Maduro contrató una nueva empresa de lobby para que le representase en EEUU: el bufete de abogados de Washington, Amsterdam & Partners. Este era el segundo intento de de Maduro en menos de un mes de encontrar un lobbysta dispuesto a enfrentarse cara a cara con el gobierno del entonces presidente Donald Trump en la búsqueda de un diálogo y el fin de las sanciones.

Aparentemente, el lobby arrojó algunos resultados, porque en agosto de 2021, un grupo de legisladores demócratas pidió al secretario de Estado, Antony Blinken, poner fin a “las sanciones financieras e individuales contra el Gobierno venezolano de Nicolás Maduro y algunos de sus miembros”.

Diecinueve congresistas, entre ellos Raúl Grijalva, Jesús García y Alexandria Ocaso-Cortez, dirigieron una carta a Blinken, para que “revierta” la prohibición del Gobierno del presidente Donald Trump al intercambio de crudo por diésel en Venezuela, que, a juicio de los parlamentarios, “estorba” la producción y distribución de alimentos. En su petición, los parlamentarios “llaman a llevar a cabo un diálogo directo con el gobierno de Nicolás Maduro”. 

Como puede verse, la visita a Maduro por parte de los funcionarios estadounidenses James Story, Juan González y Roger Carstens, es apenas un episodio más, de una larga historia para blanquear al régimen venezolano, con el apoyo y la complicidad de dirigentes opositores.

¿Por qué la oposición venezolana se comporta de esta manera? Quizá parte de la explicación se encuentre en los numerosos casos de corrupción que han afectado al Gobierno interino de Juan Guaidó. Y, ¿por qué algunos funcionarios norteamericanos están en este juego? No parece haber una respuesta directa, pero hay espacio para no creer que sea solo ingenuidad.

¿Acertará el senador republicano Marco Rubio al decir que “la única razón por la cual Biden se está reuniendo con Nicolás Maduro y negociando es porque está rodeado de izquierdistas en su administración que ,desde hace años, han querido arreglarse con Maduro, utilizando esto, (el petróleo) como una excusa? Es un bochorno, es una pena que hayan abandonado a esos que están peleando por la libertad de Venezuela”.

La invasión rusa a Ucrania pareciera haber llegado como anillo al dedo para justificar lo que viene promoviéndose desde hace años.

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