«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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TRAS UNA CLARA MUESTRA DE ACTIVISMO JUDICIAL

La pasividad de Lasso ante la resolución abortista de la Corte Constitucional que burla la voluntad popular

A poco menos de un mes de la asunción de Guillermo Lasso –quien se ha mostrado abiertamente provida– los promotores del aborto aprovecharon para garantizarlo en caso de violación justo antes de que inicie el nuevo Gobierno.

Pese a que el Parlamento ecuatoriano no logró mayoría absoluta cuando intentaron despenalizar dicha práctica en el 2019, el lobby feminista presentó una acción de inconstitucionalidad y logró su cometido.

Alegando proteger a las niñas abusadas, el lobby feminista pasa por encima de los derechos fundamentales de las niñas (y niños) en el vientre y busca convertir en derecho a matar a quienes por ley son (o deben ser) protegidos.

El futuro presidente, alegando el respeto a la democracia y la República, ha anunciado que dejará a un lado su fe para respetar la decisión de la Corte. Sin embargo, la decisión no es democrática y tampoco respeta la institucionalidad republicana.

El rol del Poder Legislativo es representar la voz de los ciudadanos. Lasso pasa por alto que ante dicha instancia el aborto por violación o malformación fetal ya fue rechazado, tras no lograr la mayoría absoluta.

Para los opositores a la vida fue necesario apelar al activismo judicial con tal de lograr esta aprobación.

Lasso afirma que respeta la democracia, pero en principio este sistema de gobierno acata la voluntad de la mayoría y el 77,68% de los ecuatorianos son provida, según la encuestadora Click.

El Artículo 45 de la Constitución establece que “las niñas, niños y adolescentes gozarán de los derechos comunes del ser humano, además de los específicos de su edad. El Estado reconocerá y garantizará la vida, incluido el cuidado y protección desde la concepción”.

El 77,24% de los ciudadanos está en contra de que la Corte Constitucional pueda cambiar la norma que protege la vida desde la concepción sin consultar a la ciudadanía. El aborto, sea cual fuere la justificación, es un atropello contra el Código de la Niñez, cuyo Artículo 2 señala como Sujeto Protegido a “todo ser humano, desde su concepción hasta que cumpla dieciocho años de edad”.

La sociedad civil ya está hablando de hacer una consulta popular (un plebiscito), donde los ciudadanos puedan elegir si se debe proteger o se puede desamparar a los no nacidos.

En el Ecuador las menores son inimputables. Por ende, es ilegal –e irreal– que las niñas son perseguidas por abortar en este país. Sobre todo se está creando e instaurando una falsa dicotomía donde la solución para el atropello del abuso contra una menor es matar a otro menor.

Pero eso Lasso no lo cuestiona, y asume una actitud pasiva en nombre de una presunta democracia que no respeta la voz del pueblo. Pasar por encima de la Constitución y el cuerpo Legislativo atenta contra el orden republicano, contrario a lo que afirma el presidente electo.

División familiar

La futura Primera Dama, María de Lourdes Alcívar de Lasso, apeló a Twitter para sus plegarias y pedir a Dios para que en el Ecuador no sea permitido el aborto.

Su hijo Santiago hizo eco del clamor de su madre, enfatizando la educación que recibieron en cuanto a respetar la vida; usando como ejemplo un hermano suyo que murió por un aborto espontáneo.

Aunque Santiago Lasso aplaude el respeto de su padre por la separación de poderes, al respetar una decisión de la corte aunque él no está de acuerdo, señala que la defensa de la vida está protegida por la Constitución. Por eso se trata de un derecho, no de religión –argumento de quienes hoy promueven el aborto–.

Sigue los pasos de Piñera y Macri

Todavía no inicia su gestión y Lasso ya parece seguir los pasos de Macri en Argentina y Piñera en Chile. El presidente electo ha anunciado que no es de derecha y hasta ahora lo ha demostrado. Es lo que en España VOX llama la “derechita cobarde”.

Sin embargo, existen dos posibilidades que podrían contrarrestar esta interpretación.

Por un lado, es posible que se haya concedido esta pequeña “victoria” al sector feminista para así lograr la paz social y compensar el respaldo de estos sectores en la segunda vuelta electoral.

El aborto se admitiría solo en el caso extremo y escaso de embarazo por violación, lo cuál permitiría dilatar e incluso evitar la despenalización en todos los casos, como pretenden los sectores más extremistas.

Por otro lado, también es posible que Lasso permita que sea la ciudadanía quien resuelva este conflicto social. Un plebiscito lograría que las agrupaciones feministas puedan defender su postura, aunque la mayoría de la nación finalmente opte por la defensa de la vida como derecho fundamental.

En ambos casos el futuro presidente mostraría convertir al país en lo que prometió en campaña: el Ecuador del encuentro.

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