«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
CUENTA CON EL AVAL DE FEIJÓO

Lo que esconde la foto de Juanma Moreno en la caseta de UGT con los ministros Díaz y Garzón

El presidente andaluz en funciones aceptó la invitación de UGT y posó en su caseta junto a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el de consumo, Alberto Garzón. Twitter

La foto de Juanma Moreno en la caseta de UGT ha levantado el albero de la feria de Sevilla. El presidente andaluz en funciones aceptó la invitación del sindicato y posó en su caseta junto a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el de consumo, Alberto Garzón.

No es, naturalmente, la primera vez que un alto cargo del PP se reúne con los líderes sindicales. Solo que el encuentro se produce en precampaña y, en tanto que presidente, es Moreno quien acude al reclamo del sindicato y no al revés. «La Feria de Sevilla es para vivirla y que la disfrutemos todos. Sin confrontación», escribió en Twitter adjuntando esa y otras fotos. En una de ellas aparecía con Macarena Olona, que también valoró el posado de Moreno con Garzón, Díaz y UGT. «Es un antagonismo estar en las casetas de los mayores traidores de la clase obrera, trabajadora».

Es muy probable que lo que algunos consideran una torpeza tremenda para Moreno Bonilla solo sea un acto protocolario más. En realidad, no existe tal escándalo para él, barón predilecto de Feijóo, que vio cómo el nuevo jefe prefirió reunirse con los líderes de UGT y CCOO antes que acudir a la toma de posesión de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de Castilla y León. Desde ese punto de vista, la foto de Moreno encaja en lo que se espera de él: el sistema no se discute.

Por este motivo la hoja de servicios de Moreno Bonilla al frente de la Junta de Andalucía es indistinguible de la etapa socialista. Al menos en el tratamiento a CCOO y UGT, que han gozado de un trato inmejorable. El 13 de noviembre, la Junta renunció a recuperar por la vía penal los 6,1 millones de euros que ambos sindicatos le adeudan por los ingresos generados por las residencias de tiempo libre autonómicas entre los años 2003 y 2006.

Tampoco se pueden quejar los sindicatos de las partidas que la Junta de Andalucía destina a su financiación. A finales del año pasado el Gobierno regional de PP y CS regó con más de 1,7 millones de euros a los sindicatos. Se trataba de dos subvenciones nominativas “para el desarrollo de su actividad sindical”. UGT se llevó 639.770 euros y CCOO 1.072.500 euros.

Pero no se trata de algo novedoso, pues el PP jamás ha discutido la política de subvenciones públicas a los sindicatos (auténtica política de Estado, a la vista de los hechos, y más sólida que la posición española sobre el Sáhara), una de las patas del sistema junto a la patronal y los partidos. Por eso a Pepe Álvarez o Unai Sordo no les supone ningún problema que el PP o el PSOE se alternen en el poder, pues con todos reciben el maná administrativo. El pasado marzo, el Gobierno nacional destinó 17 millones de euros (un 23% más que el año anterior) a los sindicatos para financiar “las actividades de carácter sindical que realizan las organizaciones en función de su representatividad”.

Precisamente el capítulo de subvenciones ha sido una de las promesas incumplidas del acuerdo de investidura en Andalucía que el PP firmó con VOX en enero de 2019. El apartado noveno decía así: «Eliminar toda convocatoria de subvenciones a personas físicas o jurídicas que no cumpla evidentes fines de utilidad pública y social». La realidad es que el Gobierno andaluz ha seguido financiando los llamados ‘chiringuitos ideológicos’. Entre ellos, destacan las asociaciones LGTBI y feministas, además de los mencionados sindicatos.

No es, desde luego, el único punto incumplido del acuerdo que convirtió a Moreno Bonilla en presidente de la Junta de Andalucía. El apartado sexto (“Eliminar todos los organismos superfluos y suprimir la administración paralela”) tampoco lo ha respetado. Y eso que la regeneración fue una de las grandes promesas de Moreno. El Gobierno autonómico, tras realizar la auditoría pactada con VOX, se lavó las manos trasladando al Parlamento el debate sobre qué hacer con el entramado de empresas y fundaciones heredadas de la época socialista. Por si acaso, Moreno aplazó para la siguiente legislatura la toma de cualquier decisión. El voto de PP y CS, no obstante, fue de lo más esclarecedor: salvó ―junto a Podemos― a la macroagencia Trade fusionando la administración paralela creada en los años del PSOE.

Y es que hay consensos, como se aprecia en la foto, que nunca se van a romper.

Fondo newsletter