El descontento popular argentino contra el Gobierno del presidente Alberto Fernández se trasladó a las calles para manifestarse nuevamente. En esta ocasión, contra las últimas medidas restrictivas aplicadas a raíz del aumento casos de covid-19 impuestas por una autoridad kirchenerista seriamente cuestionada por la ciudadanía en general.
Desde las 17:00 horas las manifestaciones y protestas comenzaron a expresarse en numerosos puntos de la Ciudad de Buenos Aires, pero especialmente en la Quinta Presidencial de Olivos, en la zona del Obelisco, en la Avenida 9 de julio y frente a la Casa Rosada.
Los incidentes iniciaron cerca de las 20:00 horas del sábado 17 de abril, cuando un grupo de manifestantes no se quiso retirar al comenzar el toque de queda nocturno. La policía de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del opositor Horacio Rodríguez Larreta comenzó una inusitada represión. La desproporción del accionar de las fuerzas de la ciudad generaron escándalo en las redes. El Gobierno de CABA envió a 400 efectivos policiales, con escudos, gases y 12 vehículos antimotines para encerrar a menos de 200 personas. El gobierno opositor acató el toque de queda con más fanatismo que el propio Alberto Fernández ya que no fue reprimida así la manifestación que tenía lugar en simultáneo en la Provincia de Buenos Aires frente a la residencia presidencial.
Los manifestantes eran mayormente votantes de Larreta, de allí el estupor ya que además se encontraban con niños y gente mayor. El malestar por la forma en la que la ciudad acata el decreto presidencial es mucho. Larreta está clausurando bares y comercios a pesar de ser un distrito opositor y de que él mismo haya dicho que el decreto de Alberto Fernández es inconstitucional. Además de las quejas de los comerciantes, que ahora solo pueden abrir sus puertas entre las 09:00 y las 19:00, una de las principales críticas al decreto es por la suspensión de las clases presenciales durante 15 días.
Si bien el Gobierno de la Ciudad se presentó ante la corte, aún sin resultados, fue el accionar de la sociedad civil el que consiguió que volvieran las clases presenciales. Larreta, falló en evitar que se cierren las escuelas y la apertura de las mismas es un logro de los reclamos de las familias. En efecto, la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires, habilitó las clases presenciales en un fallo ejemplar que dio lugar a los amparos que habían sido presentados por grupos de padres. Un nuevo actor social parece emerger: “el chat de madres”.
