Una oleada de familias estadounidenses se está dando de baja de servicios Disney -desde abonos para sus parques de atracciones hasta suscripciones en sus canales online- después de que la empresa haya adoptado una agenda enloquecidamente proLGTBI, al combatir con uñas y dientes la legislación aprobada por Florida sobre derechos de los padres de alumnos.
La ley, propuesta por el gobernador republicano Ron DeSantis, previene el adoctrinamiento de los niños más pequeños con propaganda LGTBI de contenido sexual y el ocultamiento a los padres de esta cuestionable enseñanza, y los responsables de Disney, empresa a la que el estado de Florida confirmó hace décadas un status legal autónomo y privilegiado, han reaccionado con tal virulencia que ha abierto los ojos de muchos consumidores hasta ahora leales. ¿A qué viene semejante pasión por sexualizar a niños de seis años en una firma que ha construido su imperio sobre los valores familiares? Como dice en redes sociales un usuario, en una opinión recogida por Breitbart, “Walt se revolvería en su tumba” si viera en qué se ha convertido Disney.
La reacción desmedida de la firma ha despertado a muchos de los leales, nostálgico de una compañía famosa por entretener a millones de niños con contenidos “para toda la familia”, y ahora se están dando cuenta de que defiende agresivamente posiciones de izquierda radical en casi todos sus productos, desde películas y servicios online hasta sus parques temáticos.
El año pasado, Disney prohibió las referencias de género en los saludos de bienvenida a sus parques y reemplazó “Buenas noches, damas y caballeros, niños y niñas, soñadores de todas las edades” por “Buenas noches, soñadores de todas las edades”.
La compañía también ha confesado a través de algunos de sus responsables -por si no fuera suficientemente obvio- que está haciendo denodados esfuerzos por colar propaganda LGTBI en todos sus productos dirigidos a niños, hasta el punto de que un ejecutivo de la empresa ha confesado que aspira a que la mitad de los personajes de las próximas ficciones de la factoría sean de orientación sexual no convencional. Otro de ellos admitió que al ser contratado se le animó a avanzar la agenda gay.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, también ha entrado en la guerra de declaraciones, criticando a la compañía por su amenaza de combatir la nueva ley de derechos de los padres del estado, diciendo: «Si hubiéramos incluido en el proyecto de ley que no se les permitía tener un plan de estudios que discutiera la opresión de los Uyghurs en China, Disney lo habría respaldado en un segundo, y esa es la hipocresía de esto”, aludiendo a la complacencia de Disney con los peores abusos de derechos humanos en China, un socio más que estratégico.