El pasado jueves se cerró el plazo para publicar los resultados de encuestas electorales en Ecuador, en un ambiente marcado por la indecisión y con el candidato Andrés Arauz, apoyado por el expresidente bolivariano condenado a ocho años de cárcel por el Caso Sobornos, Rafael Correa, como favorito en la primera vuelta, pero sin mayoría suficiente.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) había autorizado a 19 personas naturales y empresas para emitir pronósticos electorales sobre los comicios del próximo 7 de febrero, a los que están llamados a votar más de 13 millones de ecuatorianos. Ahora – y hasta el día de las elecciones- el Tribunal Contencioso Electoral sancionará a los medios que difundan encuestas, con una multa de hasta 100.000 dólares (unos 82.600 euros) y una suspensión por hasta seis meses.
Cuatro de las encuestadoras autorizadas han revelado que el porcentaje de indecisos para esta primera vuelta oscila entre el 30 y el 60 por ciento, informa ‘El Comercio’, que podría ser achacado a la gran cantidad de candidatos -16 binomios presidenciales, la cifra más alta de la democracia ecuatoriana-.
Del total de autorizados, una media de nueve sitúan al candidato correísta de la alianza de izquierda Unión por la Esperanza (UNES), Andrés Arauz, a la cabeza de la carrera presidencial, pero con poco más del 30% de los votos. La Constitución establece que se debería alcanzar el 40% de los votos y sacar diez puntos al segundo para evitar la segunda votación.
Casi todas las encuestas señalan que Guillermo Lasso, el candidato del Movimiento CREO, será segundo y disputará la presidencia a Arauz en segunda vuelta, aunque una de ellas le da incluso la victoria el próximo domingo. El tercero sería Yaku Pérez, la opción indigenista que podría provocar una «bolivianización» de Ecuador. ‘La Historia’, en base a 2990 entrevistas presenciales, augura que el candidato del corrupto Rafael Correa lograría el 30% del voto, Lasso conseguiría el 21,9% y Pérez se haría con el 13,4%.
Lasso es liberal demócrata, se ha declarado enemigo del Socialismo del XXI impulsado desde Cuba y Venezuela y es contrario al aborto. Cree que el modelo socialista en Ecuador fracasó porque «se basó en un agresivo endeudamiento y dejó muchos casos de corrupción».
En material económica, plantea reducir impuestos, eliminar aranceles, simplificar trámites y «abrir la economía al mundo para crear oportunidades». «Con una economía abierta al mundo, libertad de emprender y acuerdos de libre comercio, convertiremos a Ecuador en un país más competitivo y productivo», ha reiterado en campaña.