Ecuador se juega su futuro en las elecciones del próximo 7 de febrero, unos comicios que podrían catapultar de nuevo al correísmo y llevar a izquierda bolivariana al poder de la mano del binomio presidencia formado por Andrés Arauz y Carlos Rabascall.
En el último sondeo publicado, el candidato del corrupto Rafael Correa lograría el 30% del voto, según un sondeo de intención de voto de La Historia en base a 2990 entrevistas presenciales.
El candidato Guillermo Lasso conseguiría el 21,9% y sería segundo, y el indígena Yaku Pérez se haría con el 13,4%. Lasso se ha declarado enemigo del Socialismo del XXI impulsado desde Cuba y Venezuela y aunque no se ubica ideológicamente entre la derecha y la izquierda, se ha mostrado favorable a la reducción de impuestos y es contrario al aborto. Cree que el modelo socialista en Ecuador fracasó porque «se basó en un agresivo endeudamiento y dejó muchos casos de corrupción».
Con estos resultados, Arauz no lograría margen suficiente, razón por la que debería celebrarse una segunda vuelta en el mes de abril, la principal esperanza de aquellos que no quieren el regreso del correísmo.
El diputado de VOX en España Víctor González Coello de Portugal, gran conocedor de la política ecuatoriana, asegura que si se llega a una segunda vuelta habría posibilidades de ver la derrota del delfín de Correa, apadrinado por toda la izquierda bolivariana, incluido el Grupo de Puebla, la nueva forma en la que aparece el criminal Foro de Sao Paulo.
Coello de Portugal ve estos comicios con «preocupación» porque gran parte de los ecuatorianos ven sus propias elecciones con miedo por las continuas «irregularidades». Y cita la participación del prófugo Correa en la campaña y la destitución de miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE) semanas antes de las elecciones tras la orden del juez del Tribunal Contencioso Electoral.
Correa asesorará a Arauz
El corrupto Rafael Correa ha manifestado que entre sus planes no está regresar a su país en caso de que su candidato Andrés Arauz logre ganas las elecciones, pero ha reconocido que estará presente asesorándolo. «Obviamente voy a estar apoyando al gobierno y consensuando políticas», explicó Correa en una entrevista a Reuters.
Correa, condenado a ocho años de prisión por un delito de cohecho en el caso ‘Sobornos 2012-2016’, está fugado en Bélgica y se enfrenta una orden de prisión preventiva por el secuestro a un político opositor y múltiples investigaciones por temas de corrupción.