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El Instituto FII le abona 80.000 euros anuales

Matteo Renzi cobra 80.000 euros anuales de un lobby financiado por el régimen saudí

El progresista Matteo Renzi, un hombre tan pagado de sí mismo que montó su propio partido, Italia Viva, para cumplir su sueño de volver a ser primer ministro, provocó a mediados de enero una crisis política al retirar su apoyo al gobierno vigente. Pero la venganza es un plato que se disfruta frío. Cuando Giuseppe Conte, primer ministro desde junio de 2018, presentó su dimisión, Renzi se encontraba en Arabia Saudí y tuvo que regresar a Roma la noche del 25 al 26 de enero en un avión privado (¡ah, el cambio climático!) para acudir a la ronda de consultas convocada por el presidente de la República para la formación de un nuevo Gobierno.

¿A qué se debió ese viaje relámpago? Según el periódico Domani, que lo reveló, Renzi, como tantos políticos europeos y americanos, es miembro de un lobby extranjero financiado por uno de esos aliados de Occidente que causan más problemas de los que solucionan: el Instituto Future Investment Initiative, financiado por el régimen saudí.

El tal Instituto FII abona a Renzi 80.000 euros anuales por formar parte de su comité consultivo, para no se sabe muy bien qué. Debido a lo inesperado del viaje de vuelta, Renzi dejó grabado su discurso de veinte minutos de duración para el encuentro anual organizado por el Instituto FII para personalidad de las finanzas, la política y la innovación. Además, el muy progresista y republicano Renzi se reunió con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, asociado con el asesinato de un periodista. 

Este Instituto FII, apodado el ‘Davos del desierto’, tiene entre otras finalidades la de lavar la imagen de Salmán, al que se presenta como un reformador, igual que a Mohamed VI de Marruecos cuando sucedió a su padre Hassán II. En otra reunión del ‘lobby’, celebrada en octubre de 2019, Renzi se codeó con otros políticos reunidos a golpe de talonario: el ex primer ministro británico David Cameron, el ex primer ministro francés Francois Fillon y el ex primer ministro australiano Kevin Rudd, para perorar sobre la conectividad y la innovación, cualesquiera que sean éstas. Hace unos días, el Instituto FII reclutó a Sara Moss, vice-presidenta de Estee Lauder para que resaltase la importancia de la eliminar la desigualdad de sexo. ¡En Arabia Saudí!

El senador Renzi se está haciendo un hombre rico. Los parlamentarios italianos están muy bien pagados, pero la fortuna de Renzi no se debe a su capacidad ahorradora ni inversora. En 2019, declaró ingresos por más de un millón de euros, de los que pagó 425.000 en impuestos. La mayor parte de ese dinero provino de conferencias y consultorías en diversos países de Europa, Oriente Próximo, Estados Unidos y (cómo no) China. Renzi, enemigo declarado de los llamados populismos, se ha negado a renunciar a esos servicios tan bien pagados. 

Los honorarios de sus conferencias recuerdan las que ha dado el matrimonio Clinton desde que salió de la Casa Blanca. En su primer año como ex presidente, Bill Clinton pronunció cincuenta y siete discursos y ganó casi catorce millones de dólares por su oratoria y su literatura. Entre los que le contrataron figuran instituciones y empresas de países tan preocupados por los derechos humanos, la igualdad, la diversidad y el cambio climático como China y Arabia Saudí.

En la campaña de las primarias demócratas en 2016, el senador Bernie Sanders instó a Hillary Clinton a hacer públicos los tres discursos a puerta cerrada que pronunció para la dirección del banco de inversión Goldman Sachs, uno de los responsables de la Gran Crisis de 2008, por un pago de 675.000 dólares, a lo que ella se negó. 

¿Y cuál es el genio de Renzi para recibir ese dineral de príncipes saudíes, comunistas chinos y grandes financieros, cuando, según el periodista Marco Travaglio, es capaz de hablar durante tres horas sin decir nada sustancial?

La decadencia de Europa se nota no sólo en la natalidad, sino también en la sumisión de sus oligarquías a poderes extranjeros. Los amos tocan el silbato y sus perros acuden y se sientan a sus pies a un gesto. Ya no son los europeos los que sobornan, sino los sobornados. Travaglio escribió que Renzi «ha traicionado a todos los que han hecho pactos con él». A la vista de para quiénes reserva su escasa lealtad, cabe pensar que Renzi también ha traicionado a su pueblo y a Europa.

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