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EN UNA HIPOTÉTICA SEGUNDA VUELTA PRESIDENCIAL

La candidatura de Petro trata de desacreditar las encuestas que dan como ganador de las elecciones a Fico Gutiérrez

Petro drogas
El presidente de Colombia, Gustavo Petro. Europa Press

Federico Gutiérrez -candidato de la coalición Equipo por Colombia- parece lograr un empate con Gustavo Petro -candidato del Pacto Histórico- en intención de voto, a decir por las últimas encuestas publicadas por la Revista Semana y el diario El Tiempo. En la primera se sugiere que Petro lograría el 43,1% de los votos y Gutiérrez el 40,1%. En la segunda, Gutiérrez obtendría el 43,5% y Petro el 40,1%. Se descarta un triunfo el 29 de mayo, pues ninguno obtendría el 50% más un voto en la primera vuelta presidencial. Los demás candidatos están muy por debajo y es realmente muy difícil que remonten en los menos de dos meses que faltan para la elección.

Hay mucho malestar en la coalición Centro Esperanza y en la izquierda radical, pues alegan que los medios de comunicación están “inflando” la candidatura de Gutiérrez. Sin embargo, no se habían expresado en contra de las mismas encuestas cuando Petro tenía amplia ventaja. Camilo Romero, excandidato presidencial del Pacto Histórico en la consulta del 13 de marzo, por ejemplo, expresa que las encuestas son “un mecanismo para ocultar la realidad y manipular la verdad. Ahora los que se creen dueños del poder, quieren inflar en sus medios de propaganda a su candidato«. Por su parte, el periodista Daniel Coronel tituló su columna dominical en la Revista Cambio “Mentir con encuestas” y alegó que la Revista Semana incurre en “consignas propagandísticas” al momento de analizar los datos de la encuesta que contrató con el Centro Nacional de Consultoría.

El asunto es relativamente sencillo: si Petro crece o se mantiene en las encuestas, la izquierda y sus áulicos consideran que están bien hechas y son objetivas. Si Gutiérrez sube y se le acerca, o incluso si se mantiene y un analista considera que en la segunda vuelta podría superar a Petro -por la posibilidad que tiene de hacer alianzas y explotar al máximo el temor que genera el programa del Pacto Histórico- entonces es que hay mala fe y las encuestas son un arma para crear electores.

El comunicado que publicó el Centro Nacional de Consultoría, como respuesta a la columna de Coronel, es suficientemente claro: “Los resultados de estas mediciones fueron publicados por Semana tal cual nosotros los entregamos. A partir de la encuesta, cualquier colombiano puede interpretar la situación política actual de cara a las elecciones presidenciales. Como son interpretaciones hechas a partir de datos, todas podrían ser correctas”. Por alguna extraña razón, los que se alegan contrarios al dogmatismo y al autoritarismo, reaccionan de manera agresiva cuando alguien sugiere que su caudillo podría no ganar.

Ya tacharon a un columnista de RCN de ser “neonazi” y ya promovieron la idea de un fraude en gestación; ahora vociferan en contra de las encuestas y los análisis que se hacen de las mismas, cuando sugieren que Gutiérrez puede ser el próximo presidente. La estrategia es muy evidente. No verla es pretender tapar el sol con un dedo: tiene que quedar claro para los sectores que acompañan al Pacto Histórico que si no logran la mayoría en la segunda vuelta presidencial es porque hubo fraude, un complot de medios e interpretaciones manipuladas de las encuestas.

Lo anterior es gravísimo para la democracia colombiana, pues revive aquellos escenarios violentos en los que un partido se negaba a participar en las elecciones, alegando falta de garantías, y terminaba el país envuelto en una ola de violencia fratricida. Ya se siente un ambiente pesado y la incertidumbre está haciendo mucho daño. Agrava el asunto el hecho de tener al Jefe del Estado enfrentando las tesis que comparte Petro, olvidando que su capital político se agotó. A su Gobierno le quedan cuatro meses y su partido fue el gran derrotado en las elecciones, perdiendo la tercera parte de sus escaños en el Congreso. Cada vez que el presidente Duque menciona alguna de las propuestas de Petro, buscando refutarla, termina por favorecer a esa candidatura.

Por otra parte, hay quienes insisten en que aún hay tiempo para que el candidato de la Centro Esperanza, Sergio Fajardo, remonte, pero los datos no lo acompañan. Se ha dedicado a hacer campaña negativa en contra de Gutiérrez y de Petro y hasta las vallas le han salido mal, pues optó por incluir la imagen de sus contrincantes a la derecha e izquierda. Pocos entienden su estrategia, pero ha logrado que muchos de sus otrora seguidores migren hacia las toldas del Equipo por Colombia o del Pacto Histórico.

Las cartas ya están sobre la mesa. Colombia tendrá que definir entre Fico Gutiérrez y Petro. El gran reto para el primero es evitar ser considerado el candidato del actual Gobierno, que tiene la peor aprobación en la historia reciente, y del uribismo, cuyo jefe natural padece índices de aprobación inferiores hoy a la de otros expresidentes, algo inimaginable hasta hace apenas cuatro años. Si el actual Jefe del Estado sigue interviniendo en la contienda, criticando a Petro, estará favoreciendo su candidatura y afectando gravemente a Fico, quien, por cierto, tiene que promover tesis más concretas y seguir avanzando en las alianzas con otras fuerzas políticas.

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