Los gobiernos de Hungría y Polonia se resisten al rodillo socialdemócrata de la Unión Europea (UE) y han bloqueado este lunes la puesta en marcha del fondo de recuperación.
Budapest y Varsovia han impedido que los embajadores de los Veintisiete ante la UE diesen su visto bueno preliminar a la Decisión de Recursos Propios, que debe ser aprobada por unanimidad entre las capitales. Sin su ratificación, la Comisión Europea no puede emitir la deuda con la que financiar el plan.
Ambos países (Polonia y Hungría) han aludido que ningún tratado conlleva injerencias en la soberanía nacional ni un veto a la política conservadora. «Las instituciones de la Unión Europea no deberían asumir el papel de la oposición de Hungría, ya que invaden nuestra soberanía», ha dicho la ministra húngara Judit Varga. «No podemos aceptar ninguna amenaza financiera por proteger el papel tradicional de la familia y el matrimonio», ha añadido.
Asimismo, Zoltan Kovacs, portavoz del Gobierno de Viktor Orbán, ha señalado que «no fue Hungría la que alteró su postura y posición». «Nuestra postura ha sido clara todo el tiempo. No podemos apoyar el plan en su forma actual por vincular los criterios del Estado de Derecho a las decisiones presupuestarias», ha dicho sobre el mecanismo que examinará la «calidad democrática» de los Estados miembro.
La Decisión de Recursos Propios permite ampliar el presupuesto de la UE para los próximos siete años, pero sin que sea aprobada por los Veintisiete no hay posibilidad de que prospere.
Como ya les tenemos calados….
— Jorge Buxadé (@Jorgebuxade) November 16, 2020
El patriotismo es defender que los fondos europeos lleguen a todos los españoles necesitados y no solo a la casta política, a las multinacionales de la transición ecológica y a las vencedoras de la globalización digital. https://t.co/KZUaULy49Z https://t.co/gyM53VcTpT
En España, el portavoz y eurodiputado de VOX, Jorge Buxadé, ha defendido «que los fondos europeos lleguen a todos los españoles necesitados y no solo a la casta política, a las multinacionales de la transición ecológica y a las vencedoras de la globalización digital».